Refrán egoísta, entre los más egoístas y que describe perfectamente al que sólo mira por el bien propio y no hace caso de las opiniones de los demás mientras uno quede conforme consigo mismo, con lo que hace o incluso con lo que dice, aunque lo de dice contradiga lo que hace y viceversa. Retrata a los sinvergüenzas para hacen de menos las opiniones que les afean sus actividades, les contradicen o los minoran, buscando sólo su gusto y bienestar propio. Sirve siempre para justificarse cuando uno hace algo en su provecho, aunque contradiga lo que predica, lo que hay que hacer y a pesar de que a lo largo de su devenir vital haya menospreciado, anatemizado a los que como él hace y ahora lo justifica con una hipocresía que raya la hipocresía más baja y vil.
El refrán fue incluido y glosado en una letrilla satírica, y glosado, algo muy del gusto de la época, por D. Luis de Góngora y Argote, el poeta más original e influyente de todo el Siglo de Oro español y uno de nuestros grandes poetas de todos los tiempos:
“Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente”.
Voy a emplearlo como título genérico de los artículos que destine a glosar las actividades de aquellos que se hayan dedicado con ahínco a dar lecciones a los demás de ética, de moral, de buenas costumbres, etc, les hayan cogido con las manos en la masa, a pesar de lo cual se hayan revuelto ellos y sus adláteres contra los acusadores y contra la sociedad en general.
Pablo Echenique, hace años neoliberal y partidario de la guerra de Irak, y actual secretario de organización de Podemos, ha justificado haber tenido a un asistente sin contrato durante más de un año, sin contrato y sin dar de alta en la Seguridad Social, cuando la actual legislación laboral aplicable obliga al empleador, en este caso Echenique , a hacerlo.
Aunque ha reconocido que sabía que no estaba haciendo las cosas bien, ha culpado al sistema que "empuja a mucha gente humilde a participar en la economía sumergida", y lo dice alguien que cuando lo contrató cobraba más de 7500 € mensuales como eurodiputado, e impertérrito seguía pagando la mísera cantidad de 300 € mensuales sabiendo que no podía pagarse sus cotizaciones.
Es el mismo Echenique que la hemeroteca revela que en mayo de 2016 decía que era una vergüenza que no se pagase la Seguridad Social a los cuidadores, algo que él tampoco hizo con su propio cuidador.
Pablo Manuel Iglesias, el macho alfa, como el mismo se define, de la misma organización política ha salido en tromba a defender a su secretario de organización, diciendo: "La actuación de Echenique ha sido un ejemplo moral", un ejemplo moral que pague a su asistente en negro y sin asegurar. Aunque que se puede esperar de un indivíduo que se define como se define como “un marxista algo perverso convertido en psicópata” y cuando sale a la luz la conversación de Telegram con Juan Carlos Monedero en la que el político afirma que “azotaría” a Mariló Montero “hasta que sangrase”.
Echenique tiene que aclarar si, visto que su asistente había sido despedido de la empresa en la que trabajaba antes de que trabajara directamente para él, sabía si su asistente cobraba o no la indemnización por despido de su anterior empresa mientras él le tenía sin contrato y pagándole en negro, y/o si era por esto que no le hizo contrato y le pagaba en negro. En cualquiera de los dos casos el ejemplo moral sería de magnitudes inconmensurables.