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Ana Julia Quezada pasa a disposición judicial

Por Redacción
miércoles 14 de marzo de 2018, 13:42h

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Ana Julia Quezada, la detenida por la muerte de Gabriel Cruz, ha pasado sobre las 7.30 horas a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Almería para prestar declaración ante el juez Rafael Soriano después de haber confesado ante los investigadores de la Guardia Civil y sus abogados que mató en la finca de Rodalquilar a Gabriel Cruz, el niño de ocho años que desapareció el pasado 27 de febrero en Las Hortichuelas de Níjar (Almería).

Así lo han confirmado fuentes de la Comandancia, quienes han indicado que la autora confesa ha sido conducida hasta la Ciudad de la Justicia antes de agotar el plazo máximo legal de la detención de 72 horas de arresto después de que fuera detenida el pasado domingo en la Puebla de Vícar (Almería) cuando transportaba el cuerpo del menor en el maletero de su coche.

En este sentido, se prevé que a lo largo de la mañana, sobre las 12,00 horas según sus abogados, comience a prestar declaración ante el juez y que responda a las preguntas que se le planteen, puesto que, según remarcaron, se ha mostrado dispuesta a "colaborar".

La Unidad Central Operativa (UCO), que ha estado apoyando a la Policía Judicial de la Comandancia de Almería, da por resuelto y cerrado el caso, tras la confesión de este martes de Quezada, que fue detenida el pasado domingo cuando portaba el cadáver de Gabriel en el maletero de su coche. Ayer, cuando comenzó a declarar aconsejada por su abogada, participó en una segunda reconstrucción los hechos en el escenario del crimen, la finca de “La Cañada de la Soledad”, donde la única acusada por la muerte del niño se estaba construyendo una casa con el padre de este, Ángel Cruz.

Quezada dijo que el pasado 27 de febrero salió con el niño de la casa de la abuela paterna en Las Hortichuelas, a cinco kilómetros de esa finca con la idea de ir a pintar. Según su relato, el niño la acompañó voluntariamente, una vez allí la amenazó con algo parecido a un hacha y que ella se defendió golpeándole en la cabeza con la parte roma de ese utensilio. Acto seguido, “asustada”, le habría asfixiado hasta dejarle sin vida. Después le habría desnudado y enterrado junto a un aljibe de la finca, por la que en días posteriores pasaron ella y otros muchos amigos y familiares sin encontrar nada. Será el juez ahora el que aclare si en el comportamiento de Ana Julia hubo o no premeditación. La familia siempre ha reconocido que ella y el niño no se llevaban bien.

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