Jaime Martínez es un político prudente y moderado. La tarea desempeñada –primero como director general de Turismo con Carlos Delgado y más tarde, cuando este dimitió del cargo de conseller en diciembre de 2013, como titular de Turismo y Deportes– le avala. Es un hombre de profundas convicciones que huye de estridencias y de enfrentamientos estériles, y que habitualmente habla claro.
Con la entrevista publicada por menorcadiario.com está claro que además, es un hombre valiente, dispuesto a dar un paso al frente y optar a la presidencia del Partido Popular de Balears en el congreso regional que habrá de convocarse el año próximo. Eso explica su ambigüedad. Aún queda mucho para que se celebre el congreso para elegir al nuevo líder de la formación y antes, además, habrá unas elecciones generales (el 20 de diciembre) que aclararán mucho las cosas dentro del PP, sea para bien o para mal, aunque Martínez presume que supondrá un “revolcón” como el sufrido en las elecciones de mayo.
Antes de que se elija al líder del PP balear han de pasar muchas cosas. El cabeza de lista para el Congreso de los Diputados –posición que se disputan muchos destacados militantes como Ramis, Gijón, Isern y Borrego, entre otros– clarificará mucho lo que sucederá en el congreso regional. Lo que empieza a hacer falta es que en el PP hablen claro y que cada cual diga qué le diferencia de los demás, qué lecciones ha sacado del resultado de las últimas elecciones y qué hay que corregir concretamente, porque al margen de los nombres es difícil adivinar qué les distingue del resto. Y eso es algo de lo que nadie habla, tampoco Martínez, quizás porque no quiere desvelar sus cartas con tanta antelación. Aún queda muchas tiritas que poner tras las elecciones generales.
