www.mallorcadiario.com

Airbnb, un fenómeno especulativo que pone en riesgo el modelo turístico

martes 07 de agosto de 2018, 22:00h

Escucha la noticia

Las cifras que Terraferida ha hecho públicas sobre el incremento de la oferta que Airbnb en Balears demostrarían la escasa incidencia que tendrían sobre el alquiler vacacional las normativas, moratorias y restricciones impulsadas por las administraciones de las Islas el último año.

Según la entidad ecologista, Airbnb ofrece actualmente en su portal un total de 135.291 plazas turísticas, lo que significa 10.495 más que las ofertadas en agosto del año pasado. Mallorca es la isla que registra una mayor evolución al alza, compensando la bajada de Ibiza, y sumando 10.118 viviendas a las ofertadas hace un año.

La comercialización de estas viviendas también pone de manifiesto notables sorpresas. El estudio revela que dos personas o empresas, con nombres falsos, comercializan 827 y 356 establecimientos respectivamente. Un solo gestor administra en las Islas hasta 5.834 plazas, lo que significa un volumen muy superior al de muchas empresas hoteleras. Sólo el 20 por ciento de comercializadores tienen su sede en Mallorca mientras la mayoría radican en Alemania, Holanda o Emiratos Árabes.

El espejismo de la economía colaborativa, con tintes sociales de mayor reparto y beneficio para los pequeños propietarios que pueden alquilar sus viviendas y obtener un rédito, parece desvanecerse en favor de un sistema especulativo e incontrolado. Y esto ocurre en un escenario en el que las administraciones han desplegado complejas normativas y han impuesto contundentes sanciones. Nada parece ser suficiente para frenar el ansia de lucro de quienes están detrás de plataformas como Airbnb.

El fenómeno no es ajeno a la sensación de masificación turística que se advierte en las Islas, curiosamente cuando los hoteles están bajando precios en julio y agosto para mantener el nivel de ocupación, y cuando las estancias de turistas en hoteles se reducen en número de días.

No hay duda de que el alquiler turístico ha llegado para quedarse y es cierto que beneficia al sector del comercio, especialmente a los supermercados. Pero es una práctica que contribuye poco o nada a crear empleo, que aumenta la presión sobre infraestructuras y servicios, que no ayuda a bajar los precios de los alquileres residenciales y que no contribuye a potenciar el turismo de calidad que persigue Balears desde hace años. En este contexto, actuaciones como las de Airbnb son especialmente perjudiciales para lograr un equilibrio en el modelo turístico, por lo que habrá que idear nuevas formas de contener el fenómeno con el menor quebranto para los comercializadores locales.