Adiós terribilitis
viernes 27 de septiembre de 2013, 09:26h
Un proverbio chino dice que: “Jamás se desvía uno tan lejos, como cuando cree conocer el camino”. Entonces digo, la sociedad ha perdido el rumbo.
Vayas a donde vayas, leas lo que leas, la multitud está alterada. Una parte quiere desposeer a Juan Carlos I de su corona, prácticamente lo ven muerto y enterrado, con el Príncipe Felipe y la querida princesa Letizia reinando; a pesar de que si bien es cierto que una situación como la actual debería haberse previsto, también es cierto que dadas las circunstancias del país, no es precisamente el momento oportuno para plantearse una abdicación.
Otro sector social, se dedica a la protesta, ya sea por el TIL, la independencia catalana o por el contenido de un informativo que aún no ha sido emitido. Cualquier excusa vale para subirse a la disconformidad permanente, que no solo consiste en quejarse, sino también en rechazar cualquier argumento que no sea el propio, si alguien piensa o actúa de diferente manera, tiene los segundos contados, una lista de improperios, ofensas, descalificaciones o ataques en plena calle, se vierten contra personas que al igual que los que descalifican, ejercen el derecho fundamental y básico de dar su opinión libremente, que para eso vivimos en una sociedad. La libertad de uno empieza donde acaba la del otro.
Mientras tanto, la situación está en tal punto que un profesor de autoescuela intenta estrangular a quien ha examinado a sus alumnos; no estaba de acuerdo con el resultado del examen. Esto ha llevado a los examinadores a pedir medidas de seguridad durante los exámenes o que las notas se envíen por correo. Terrible.
Para terminar de redondear la semana, unos padres adoptivos, que imagino han vivido multitud de sinsabores para adoptar a una criatura, presuntamente dan muerte a su hija por ser la heredera universal de los abuelos. Aún más terrible.
Algo está pasando, pero hacemos caso omiso, no queremos darnos cuenta de la situación extrema a la que estamos llegando, es una olla a punto de explotar y nadie quiere bajar la presión.
El psicólogo Rafael Santandreu autor del libro “El Arte de no amargarse la vida” recuerda en su libro, que cada día acechan fantasmas como la depresión, la ansiedad o la obsesión y cuando cualquier persona se deja llevar por ellos, pierde la facultad de vivir plenamente y yo añadiría de razonar coherentemente.
En su receta insta a curar la “terribilitis” generalizada, a huir de la tiranía del ambiente cargado con tanta negatividad en el que estamos viviendo, invita a que cada uno se plantee “Si hay solución ¿Por qué preocuparse? Y si no la hay ¿Por qué preocuparse?”.
Desde estas líneas invito a todos a bajar la presión, a intentar aumentar nuestro índice de felicidad, a pesar de las dificultades emocionales, laborales o económicas. A seguir la “Dieta Espiritual” recomendada por el periodista Francesc Miralles; una dieta que quita los “michelines” mentales que provocan el estrés, la rigidez mental, los celos, el ego, la dispersión, la hipersensibilidad, la apatía o la obsesión por las opiniones ajenas.
Alimentemos nuestro espíritu de los que realmente le hace bien, de las expectativas, los sueños, los pequeños placeres cotidianos. A veces como dice el autor: lo que nos sobra, no son kilos, sino prejuicios, temor, rencor y culpas. Os lo dejo de deberes para la próxima semana.
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Últimos comentarios de los lectores (1)
9862 | realista - 27/09/2013 @ 09:45:31 (GMT+1)
alimentar el espíritu? le ha faltado proponer unos rezos exultantes que satisfagan las diversas y arcaicas supersticiones de las que muchos son reos. no creo que hiciera falta encomendarse a lo divino ni a un truco de magia (alimentar el espíritu; jajaja) y bastaba con decir que el tiempo es oro y al mal tiempo buena cara. ya ven, refraneo de toda la vida. no lo olviden: no perder el tiempo y sonreir mucho aunque sea forzada (jieee,jieee)