El candidato al Consell de Mallorca por Unión Progreso y Democracia (UPyD), Francisco Alegret Crespí, ha denunciado hoy que, pese a que el Govern Balear desembolsó 300.000 euros a la empresa encargada de revisar y chequear que todo funcionaba correctamente en lo tocante al traslado definitivo al hospital de Son Espases, la situación, a día de hoy, es caótica. Para Alegret, son “deplorables la imprevisión y las prisas del Govern para un traslado que, por lo que se está viendo, ha sido demasiado prematuro y que sólo ha obedecido a intereses electorales. Sin embargo, el tiro le está saliendo por la culata al Pacte, a tenor del sinfín de protestas, amenazas de huelga, movilizaciones entre el personal sanitario y quejas que se suceden a diario". Según UPyD, desde que se puso en funcionamiento el controvertido sistema de cobro la semana pasada, se ha producido un colapso circulatorio "inaceptable" en la rotonda de acceso al hospital. Aseguran que el sistema de lectura de matrículas a la salida provoca un atasco en el interior del recinto, causando largas colas con las consiguientes retenciones para salir. De ahí que se estén experimentando distintos sistemas de cobro más ágiles y rápidos sin que de momento se haya encontrado el óptimo. Un problema que se añade a la "ya de por sí mala comunicación del hospital si uno quiere ir en coche, algo que era fácil de prever cuando se decidió inaugurarlo sin tener los accesos resueltos y para los que tendremos que esperar varios años más según las previsiones del Consell. Una muestra más de las prisas del Consell de Mallorca para tratar de parchear el desaguisado es que semanas después de inaugurar el famoso puente que conecta con la carretera de Valldemossa todavía las obras no se habían terminado", recuerda Alegret. El hospital de Son Espases ha sido objeto de múltiples críticas desde su inauguración: lentitud del protocolo de triaje, fallos en la megafonía, en el sistema informático, en el circuito de alarma y en el aire acondicionado, goteras en Urgencias y en los quirófanos, desperfectos en la UCI, carencia de enfermeras y auxiliares en las urgencias pediátricas, protestas por el sistema de cobro y la privatización de servicios no sanitarios incluso una amenaza de huelga de las cocineras. Según Alegret, "no cabe duda de que, si no todas, algunas de estas deficiencias podrían haberse evitado con una revisión más exhaustiva, con más tiempo y sin tantas prisas. Los intereses electorales del Pacte han primado sobre el bienestar, la seguridad y la salud de pacientes y allegados".
