La “hora de oro”, esa fase de tiempo en la que se puede evitar un porcentaje elevado de fallecimientos (75%) a través de una asistencia sanitaria inicial adecuada en tiempo y capacitación, es la que ha llevado al Ministerio de Sanidad a elaborar un documento de actuaciones y buenas prácticas, que permitan reducir las muertes por accidentes de tráfico. El Director General de Salud Publica, Ildefonso Hernández, ha presentado el protocolo/guía de actuaciones y buenas prácticas en la atención sanitaria inicial al accidentado de tráfico, en una jornada sobre esta materia, a la que han asistido más de 300 profesionales. Este documento es un primer paso para establecer un marco general de actuación integral en esta asistencia. Plantea el escenario ideal al que deberían de tender los servicios de emergencias médicas, tanto en los sistemas de información, coordinación y gestión como en la asistencia a los accidentados de tráfico. En la elaboración de este protocolo han intervenido profesionales que desempeñan su trabajo en los servicios de emergencias médicas de nueve comunidades autónomas, lo que ha permitido ampliar la perspectiva sobre las distintas características de cada una de ellas. Además, ha contado con el apoyo de técnicos de los ministerios de Sanidad e Interior. Las lesiones por tráfico son un problema de salud pública que requieren un abordaje multisectorial. La prevención de este tipo de lesiones es una responsabilidad compartida por todos. Una vez que se ha producido el accidente de tráfico, todos los esfuerzos deben de dirigirse a limitar la gravedad del traumatismo y del sufrimiento que ocasiona, a prevenir las muertes y evitar las discapacidades y, por último, a lograr una óptima evolución de los supervivientes y su reintegración en la comunidad. Además de la prevención, es necesaria la sucesión coordinada de acciones que se inicia con los testigos o personas que descubren el accidente, que desempeñan un importante papel, continúa con el rescate de los accidentados por los servicios de urgencia y emergencia médica, y culmina con el tratamiento de los traumatismos y su rehabilitación. MEJORAR EL TIEMPO DEL ACCIDENTADO Los diferentes agentes implicados en la detección del accidente de tráfico y su posterior asistencia sanitaria pueden contribuir a la mejora de los tiempos de atención al accidentado. Esta afirmación tiene su base en el concepto de “hora de oro”, acuñado por el doctor Adams Crowley, cirujano militar y director del Centro de Atención al Shock traumático de Maryland. Decía el Dr. Crowley : “Hay una hora de oro entre la vida y la muerte. Si estás gravemente lesionado, tienes menos de 60 minutos para sobrevivir. Puedes no morir entonces, pero lo puedes hacer tres días o dos semanas después, porque algo ha ocurrido en tu cuerpo que es irreparable”. En este sentido, la mortalidad en los accidentes de tráfico tiene, desde el punto de vista del tiempo, tres fases. La primera tiene lugar en los primeros segundos o minutos tras el accidente y representa el 10% de todas las muertes debido a lesiones severas del sistema nervioso central o rotura de grandes vasos. Es muy difícil o casi imposible evitar estos fallecimientos. En la segunda fase, la denominada “hora de oro”, ya que suele ocurrir durante la primera o segunda hora tras el accidente, se produce el mayor porcentaje de mortalidad (75%). Los fallecimientos en este tiempo se deben principalmente a obstrucciones de vía aérea o pérdidas de volumen circulante y es el periodo en el que la mayor parte se puede evitar, a través de una asistencia sanitaria adecuada. La tercera pase, tiene lugar días o semanas después del incidente traumático. Suele originar el 15% de la mortalidad total. Se debe habitualmente a complicaciones tras el tratamiento inicial (fracaso multiorgánico, complicaciones postoperatorias, etc.). Son necesarios un gran esfuerzo y un gran número de recursos para reducir la mortalidad en esta fase. Esta consideración temporal, también afecta a la morbilidad (secuelas) de las lesiones. Las secuelas pueden ser más y mayores en función del retraso en la prestación de asistencia y en la resolución asistencial definitiva en el medio hospitalario. Así, el factor tiempo es uno de los elementos esenciales en todo el proceso asistencial. De hecho, distintos estudios realizados tanto en Europa como en EEUU han demostrado que la prestación de una asistencia sanitaria integral a los accidentados, especialmente a los pacientes graves (1,5%) es fundamental para disminuir la gravedad de los mismos entre un 15% y un 50% de los casos. Se ha demostrado que el traslado dirigido de los pacientes politraumatizados a los centros útiles, y no al hospital más cercano, puede suponer un descenso de la mortalidad de hasta un 15%. Un escenario óptimo en la atención a emergencias debe reunir, al menos, las siguientes circunstancias: Una central de comunicaciones con un número de acceso único, conocido por todos los ciudadanos, que responda con el menor retraso posible a cualquier tipo de emergencia. Un servicio de emergencias sanitario que dé una cobertura adecuada en tiempos de respuesta a la zona de su competencia. La existencia de profesionales de la sanidad en las unidades asistenciales capacitados para procurar cuidados de soporte vital avanzado a los pacientes accidentados. Existencia de procedimientos operativos y asistenciales que posibiliten la misma asistencia de calidad, independientemente de las personas que les atiendan. Existencia de un protocolo de coordinación con los hospitales de referencia, que permitan una línea de continuidad asistencial sin retrasos ni duplicaciones de diagnóstico y tratamiento. Existencia de un sistema de recogida de datos sobre accidentes de tráfico atendidos.
