El silencio que mantienen los responsables de la Conselleria de Salut, en especial la consellera Carmen Castro y el director general del Ib-Salut, Juan José Bestard, acerca de su política de actuación, empieza a preocupar a los profesionales, quienes ven como las semanas pasan y siguen sin una respuesta a numerosos temas pendientes. De hecho, en estos momentos se desconocen totalmente los pasos a dar por Salut. Nadie conoce los planes a seguir, ni las directrices que regirán durante el próximo ejercicio, así como tampoco la solución que se va a dar a los numerosos temas que siguen pendientes de una decisión, como es el caso de la carrera profesional, rechazada por médicos y enfermeras y que tiene como límite el 7 de agosto para acogerse o no a ella. El hecho de que los sindicatos Médico y de Enfermería hayan pedido a la actual consellera que se deje sin efecto, ha provocado que estos profesionales estén esperando a que los responsables de Salut se pronuncien al respecto antes de decidir qué hacer. Mientras tanto, los rumores acerca de que el Ib-Salut está buscando presupuesto para poder hacer frente a las nóminas del personal durante los próximos meses, ha llevado la inquietud a toda la red sanitaria pública, máxime porque, pese a ser uno de los temas más comentados en hospitales y centros de salud, tampoco ha sido desmentido, lo que supone para más de uno que puede ser cierto. Paralelamente, los más que probables recortes que se van a llevar a cabo en las próximas semanas o meses tampoco han sido explicados; es más, ni siquiera se sabe si se van a llevar o no cabo y de hacerlo, se desconocen los planes que barajan los responsables de Salut. REESTRUCTURACIÓN En este sentido, hay quien afirma que el propio director general del Ib-Salut, Juan José Bestard, en su primera reunión con los gerentes hospitalarios, les pidió que le presentasen un plan de ahorro; es más, las noticias que se han filtrado acerca de una reestructuración total de las gerencias, suprimiendo la de Primaria, que pasaría a depender de la del hospital de su área de influencia, tampoco han sido ni confirmadas ni desmentidas, lo que aumenta la inquietud y el desánimo entre el personal. La incógnita sobre el futuro de la empresa pública Gesma (Gestión Sanitaria de Mallorca) de la que dependen los hospitales General, Psiquiátrico y Juan March, tampoco se ha resuelto, mientras los rumores acerca de su posible desaparición crecen y la preocupación entre los trabajadores es mayor, puesto que desconocen cuál es su futuro inmediato, ya que no saben si seguirán perteneciendo a la empresa o pasarán a depender del Ib-Salut y en las condiciones en las que lo harán. Este silencio, por otra parte, está provocando numerosas especulaciones, hasta el punto de que cada vez son más los que piensan que la política sanitaria no se hace en las Islas sino que viene dirigida desde Madrid, un argumento que día a día cobra más fuerza, especialmente después de que algunas de las últimas entrevistas mantenidas entre los profesionales y Bestard hayan resultado “decepcionantes”. En consecuencia, es urgente que se culminen los nombramientos y se explique de forma clara la política que piensa llevar a cabo la Conselleria de Salut, finalizando así con la oleada de rumores que en nada benefician a la sanidad balear.
