mallorcadiario.com desvelaba este lunes algunas de las modificaciones que pretende llevar a cabo la DGT para endurecer los exámenes del carnet de conducir. Tráfico estudia implantar a partir del próximo mes de julio una serie de medidas encaminadas a reducir la siniestralidad en las carreteras españolas. El año pasado cerró con una cifra de 1.180 muertos, algo menos que el número de víctimas mortales del 2017, pero que aún así es una cifra preocupante.
Algunas de las nuevas medidas pasan por modificar determinados aspectos del examen de conducir. Concretamente, se pretende ampliar el número de las horas teóricas y prácticas en las autoescuelas de forma que la formación teórica tendría un mínimo de 8 horas presenciales. También se pretende poner especial énfasis en las clases que se dan a los conductores de motocicletas y se reduciría el número de errores que se pueden cometer en los exámenes. Tampoco se descarta incrementar el coste económico de obtener el carnet de conducir.
Se trata de que la obtención del permiso se convierta en una prueba real que sirva para medir la capacitación de los aspirantes y sus posibilidades de desenvolverse en un escenario cotidiano. No se tendrían en cuenta únicamente aspectos memorísticos sino también la capacidad de pensar y reaccionar de aquellos que quieran obtener el carnet.
Las autoescuelas aplauden la iniciativa y reclaman que este tipo de pruebas se realicen no solamente a quienes acceden al permiso por primera vez, sino que se establezca algún tipo de reciclaje para los conductores que ya llevan años conduciendo y que, a menudo, desconocen algunos aspectos nuevos de la reglamentación o las señales.
La iniciativa es buena, aunque no debería conllevar ni más burocracia ni más costes. El objetivo es que todos aquellos que se pongan al volante sean conscientes de que el vehículo que conducen puede resultar mortal. Empezar esta concienciación antes de obtener el permiso no es descabellado. Si a esto se añade el aumento de controles y el endurecimiento de sanciones, parece lógico pensar que el número de víctimas podría reducirse considerablemente en un breve espacio de tiempo.