Hasta el mes de agosto, los agentes de Policía y de Aduanas se han incautado de casi 80.000 objetos destinados al top manta. Tal y como informaba este viernes mallorcadiario.com, esta cifra incluye actuaciones de la Policía Local de Palma, la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera que hay que añadir a las operaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil. De esta forma, cabe aventurar que los decomisos de material destinado a la venta ilegal superen este año los realizados el 2017, cuando se localizaron 108.000 artículos destinados a ser vendidos en puestos ilegales en plena calle.
La acción policial constituye la principal herramienta para luchar contra las mafias que nutren un mercado ilegal que supone una competencia desleal para el comercio, a la vez que alimentan la explotación de los vendedores que constituyen el último eslabón de la cadena. Gafas, sombreros, llaveros, bebidas, juguetes, falsificaciones... Los materiales objeto de este tipo de actuación ilegal son múltiples, variando según las zonas de venta o las modas impuestas por proveedores que trabajan con volúmenes millonarios de productos de muy bajo coste.
El debate en torno al top manta ha estado muy presente a lo largo de los últimos meses, especialmente por la expansión de esta práctica en zonas turísticas o en las calles más comerciales de Palma. El fenómeno ha provocado tensiones en los propios equipos de gobierno, como es el caso del Ayuntamiento de Palma, y no poca confrontación entre políticos y comerciantes. Superado ya el episodio en el que el concejal Aligi Molina tuvo que pedir disculpas a los comerciantes tras haberles llamado "racistas" y así evitar una querella judicial, el escenario debe orientarse, sin vacilaciones, hacia la tolerancia cero en este tipo de actuaciones ilegales. Los responsables públicos ven, además, que se acerca el momento de rendir cuentas antes los electores y que se estrecha el margen para mantener la impunidad de una actividad flagrantemente ilegal.
Quizá por ello, en Palma ya se han levantado más de 1.600 actas por venta ambulante ilegal en lo que va de año, el doble de todas las abiertas en todo el 2017.
Las cifras de decomisos conocidas hasta ahora y las actas por infracción abiertas representan una pequeña parte del volumen que el top manta mueve en Mallorca, pero hay que aplaudir la actuación policial, convertida en garante de la legalidad frente a las redes internacionales del comercio fraudulento y ante aquellos que protagonizan actividades sin licencia, sin pagar impuestos y ocupando sin autorización los mejores lugares del espacio público.