No quisiera enmendar la plana a nadie, pero me alineo con quienes opinan que hablar de la recuperación del olfato goleador de Cristiano Ronaldo y el regreso de Benzema, por haber goleado a un equipo que nunca ha pasado una fase previa de la Champions, que el nivel de su plantilla bien se podría medir por el titular de su portería, Nauzet, y cuyo presupuesto probablemente no alcanza probablemente a algún equipo español de Segunda, me parece algo fuera de lógica, de rigor y de tono. Que no quiere decir que suceda, pero desde luego no será por haber ganado en Chipre. ¿Nos hemos vuelto todos locos?.
No sé. No tiene nada que ver pero ¿estamos seguros de que Armando de la Morena sigue en el Atlético Baleares por el simple hecho de que en Son Malferit no han encontrado a un sustituto que les inspire confianza o, sencillamente, no quiera venir a Palma?. La inexperiencia del joven y voluntarioso director deportivo blanquiazul se refleja en sus constantes consultas a la plantilla, como si buscara apoyo a una decisión que solo a él y su presidente corresponde tomar. Pero mire, Sr.Messow, a lo largo de 45 años de profesión jamás he conocido a un solo futbolista que no se haya declarado incondicional de su entrenador al menos hasta el día después de que fuera reemplazado; pero antes, nunca.
Ya que me he metido en un jardín al que nadie me llamaba, volveré a usar el Madrid como ejemplo y nada menos que al cese, en su día, de Vicente del Bosque. Escuché una entrevista a Roberto Carlos en la que eximía al salmantino de cualquier responsabilidad en la dudosa marcha del equipo. Al día siguiente, en otra emisora, afirmaba con rotundidad que la salida del técnico era la única solución.
Podría citar no pocos ejemplos más. Lo dejaremos así porque, finalmente, cada aficionado tiene derecho a dejarse engañar si así lo desea, aunque nadie tenga bula para engañarle.