Ni un mal gesto, ni una mala cara, ni una simple queja. Hemos viajado en el mismo avión con los Moyà-Cerezuela y sólo podemos decir que forman una pareja encantadora. El vuelo era a Santo Domingo y salió con cuatro horas de retraso, estas Navidades, por culpa de la tardía llegada del avión procedente de Lima. El tenista y la artista, su criatura recién nacida, el acompañante y la asistenta, sobrellevaron con serenidad la larga demora del despegue del vuelo al aeropuerto de la capital de la República Dominicana, aunque ellos iban a Punta Cana-Bávaro. Al hotel del primer destino de Dominicana llegaron sobre las 5 de la mañana, tras invertir casi cuatro horas en cubrir el trayecto entre el aeropuerto de Las Américas y el establecimiento hotelero. En el avión coincidieron en asientos contiguos -primera fila- con los dueños de la firma catalana Tous, que vacacionaban en La Romana. El bebé no dio guerra ni en la sala vip, ni en el vuelo ni en la larga demora en la recogida de equipajes. Cerezuela comentó a unos mallorquines que era una bendita, pues una semana antes había viajado a Buenos Aires y se comportó de igual manera. Una chica muy agradable y muy simpática, a la par que atentísima con su hija y con su ‘marido’. La pareja se hizo fotos con todo los que se lo pidieron, bebé incluido en el caso de la tripulación. Moyà ha tenido suerte con la actriz y con su niña. Le ha tocado la mejor lotería.
