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Hace ya varias horas que ha terminado el partido de Nadal contra Medvedev y todavía estoy revolucionado, creo que ha pasado algo grande, muy grande, seguramente no tendré la suerte de volverlo a ver y ojalá me equivoque.

Me gustaría calificar a Rafa Nadal con un adjetivo, pero me es completamente imposible escogerlo, por lo que lo voy a definir con todos los calificativos que me han venido a la mente en las más de 5 horas de partido: espectacular, luchador, inteligente, sufridor, valiente, resistente, atrevido, paciente, sublime, majestuoso, entregado, humilde, trabajador, táctico, resolutivo, fenómeno, megacrack, campeón, indómito, irreductible, concentrado y seguro que me dejo más calificativos, pero es que lo de Rafa es algo muy grande.

“Yo lo vi” será una de las frases más recurrentes en las próximas horas y días, porque Rafa ya es Patrimonio de todos y hoy todos estábamos con el en Melbourne en una inmensa pista Rod Laver, abarrotada hasta los límites permitidos por la pandemia.

Es un ejemplo ya nos sólo para el deporte, sino para la mayoría de gente que persigue un sueño, hace posible lo que es imposible para la mayoría incluso para los más optimistas. Nunca he sido partidario de ensalzar en demasía a nadie porque ya llevamos muchos ejemplos de “héroes” deportivos que se echaron a perder y fueron un ejemplo también de todo lo contrario a los valores que he señalado, pero con Rafa esto no va a ocurrir, porque sencillamente es un buen tipo, con buenos valores y ha estado asesorado por los mejores, mención especial a su tío Toni, al que le mando un gran abrazo.

El mejor deportista español de la Historia y probablemente del Mundo, ha conseguido no sólo entrar en el Olimpo, es que ya está a la altura del mismísimo Zeus, porque sencillamente sus gestas son totalmente de otro Mundo.

Tuve la gran suerte de conocerlo de pequeño, después le he seguido toda su vida profesional y hoy he llorado de alegría al ver su gran triunfo, ante un Medvedev en estado de gracia, que no le ha regalado nada, que le ha hecho sufrir, le ha llevado al límite, pero es que Rafa es otro nivel.

Por una horas se ha parado el Mundo, el COVID, Ucrania y la madre que parió a todos los que ya llevan dos años haciéndonos la vida imposible, esto es un regalo extra de Rafa y yo lo agradezco, hoy hemos sanado algo de nuestra alma dañada y hemos vuelto a confiar en la raza humana, en un hombre, vecino de esta tierra en dónde muchos hemos nacido, pero esto da igual porque lo que ha hecho trasciende a una Comunidad, estoy seguro que millones de personas de todo el Mundo hemos sentido hasta la médula cada golpe, cada carrera, cada punto, porque todos estábamos empujando.

Gracias Rafa, ya hace años que nos habías ganado el corazón, ahora dicen que por ganar 21 Grand Slam te has convertido en el más grande de la historia, pero aunque no hubiera sido así, nadie nos podría arrebatarte de nuestros corazones, desde la más absoluta humildad te digo que con 21 con 22 o 20 eres igual de Grande.