Después del asesinato de 16 trabajadores a manos de los separatistas en una obra de una carretera de Nduga, el ejército puso en marcha una operación.
Hipolitus Wangge, voluntario de la ONG que ha denunciado los hechos, explica que 139 personas han fallecido en un campamento de desplazados de Wamena. Entre las víctimas se encuestran 64 niños. El campamento en cuestión recibió a 5.200, de las cuales 700 eran niños. En este lugar vivían en una situación deplorable: sin comida ni agua potable, escasa ropa y limitaciones para acceder a la sanidad y a la educación.
"Esta mañana ha muerto un niño de dos años", ha manifestado, durante una rueda de prensa en la capital, Yakarta. El activista retrata los graves problemas que tienen al no disponer de una sanidad adecuada: infecciones respiratorias, diarrea y disentería. Esta versión de los hechos disiente con la del portavoz del mando del Ejército de Papúa, Muhammad Aidi, que ha negado tales cifras y ha tachado esta descripción de un "engaño".
"No hay datos sobre fallecidos", ha asegurado a la vez que reitera que no existe datos del número que personas que viven ahí. Al contrario, el diputado del Parlamento de Papúa Emus Gwijangge ha exigido al Ejército que no impida la entrada a los profesionales de la información que se dirigen al lugar afectado pues "la población necesita información independiente de lo que está pasando".