A) El Consejo de Ministros ha aprobado hoy un Decreto-ley para renovar el consejo de administración de RTVE y superar así la situación de bloqueo institucional en que se encuentra. Este Decreto persigue reforzar el pluralismo de la institución y garantizar la profesionalidad en su composición de su Consejo. Con el Decreto el Consejo pasará a tener 15 miembros (11 elegidos por el Congreso y 4 por el Senado) e incluye una fórmula de desbloqueo: en caso de que no se consiga un acuerdo de dos tercios en primera votación, bastará mayoría absoluta en segunda. Con esta fórmula, y el parlamento actual, les garantizo que el próximo consejo de RTVE será el más plural de la historia: hasta ahora sólo participaban dos o tres partidos en él».
B) «Quieren volver a controlar la televisión de todos, la televisión pública, y hoy acaban de dar un golpe de mano que es sencillamente intolerable. El modelo actual requiere un consenso en el Parlamento y hoy, por Decreto, y con la excusa de un bloqueo, se ha eliminado. Mi partido va a intentar paralizar esta reforma con todas sus fuerzas. Es gravísimo y desde luego supone un deterioro de la calidad democrática. Es, además, un precedente muy negativo para otros organismos, que consiste en rebajar la mayoría para no tener que contar con la oposición. Es sencillamente intolerable».
¿Cuál de los dos tiene razón? Es difícil de decir, porque se trata de la misma persona: Oscar López. En A) habla como Ministro de Transformación Digital, muy adecuado para explicar cómo Sánchez cambia las reglas a dedo. Y en B) denunciaba exacta y proféticamente lo que su partido haría diez años más tarde: cambiar a golpe de decreto las reglas de nombramiento del consejo de RTVE para, al reducir las mayorías exigidas, poder prescindir de la oposición, todo ello poniendo como excusa un bloqueo institucional. El caso es que en 2012, durante la mayoría absoluta de Rajoy, el Partido Popular (PP) también redujo la mayoría exigida de 2/3 a mayoría absoluta. Ellos también quieren controlar las televisiones públicas (¿para qué servirían si no?), pero Sánchez siempre consigue llevar la desvergüenza hasta extremos desconocidos. Es interesante conocer esta historia.
Tras las elecciones de 2015 el PSOE se desgañitó pidiendo la vuelta a la mayoría de dos tercios, la que ahora ha eliminado tranquilamente, para tener una RTVE «imparcial, plural y de calidad». Pedro Sánchez tuiteaba «regresaremos al modelo de elección de la presidencias y de la corporación de RTVE mediante una mayoría reforzada de 2/3 en el Congreso», y el PSOE llegó a iniciar una campaña en change.org para recoger firmas en favor de una «mayoría reforzada de dos tercios del Congreso de los Diputados para garantizar la independencia y el pluralismo en la elección de sus órganos de dirección». Y en 2017 esto se consiguió gracias, entre otras cosas, a que en ese momento existía un acuerdo de investidura con Ciudadanos. Por todo ello la reforma de la ley de RTVE fue aprobada por una mayoría absolutísima de 345 votos a favor y una abstención. Insisto, que gobierno y oposición tuvieran que ponerse de acuerdo para consensuar los nombres de los consejeros ya se consiguió en 2017. Y algo más: que el presidente de RTVE fuera elegido por concurso público de méritos. Cualquier ciudadano que quisiera optar a ello presentaría un proyecto ante una comisión de expertos que lo valoraría, y después comparecería ante la Comisión Mixta (de Congreso y Senado) de control de RTVE para responder a sus preguntas; la votación final se haría en votación plenaria del Congreso y El Senado.
Todo el mundo estaba feliz en aquellos momentos. Pero tras la moción de censura, mientras seguía diciendo que quería una RTVE que no estuviera «al albur ni al dictado de ningún Gobierno ni de ningún partido», y prescindiendo del procedimiento recientemente aprobado, Pedro Sánchez nombró «administradora provisional única» a Rosa María Mateo, que en un lapsus definió a RTVE como «televisión espantosa». Su «provisionalidad» duró hasta 2021, y poco después el Tribunal Constitucional anuló su nombramiento por haber impedido participar al Senado en su designación. Sin embargo el más claro ejemplo de hasta donde llegaba la «independencia» y «profesionalidad» que Sánchez predicaba fue el nombramiento de Concepción Cascajosa, militante socialista hasta el preciso momento de su designación cuyo proyecto para RTVE había obtenido en 2018 un 2,35 sobre 10: «no hay diagnóstico serio, no hay estructura empresarial … aunque se preocupa de incluir perspectiva de género». Esto le había permitido quedar el número 85 de los 95 candidatos presentados.
Con la nueva reforma por decreto Sánchez consigue una serie de cosas: 1) excluir de la elección de los consejeros y presidente de RTVE al PP que, recordemos, es el principal grupo parlamentario del Congreso, por delante del propio PSOE, 2) diluir completamente un Senado controlado por el PP (todo el incremento de consejeros corresponde al Congreso), 3) pagar en forma de sillones de RTVE a sus socios parlamentarios, con los que debe negociar los presupuestos y 4) poder seguir pagando sueldos millonarios a comunicadores afines, Intxaurrondos y Broncanos que parecen recibir sus argumentarios directamente desde Moncloa porque coinciden sospechosamente con los de los ministros. Todo esto es francamente útil en estas circunstancias, y el pasado martes, en pleno torbellino de corrupción socialista, Broncano se dedicó a meterse con Ayuso.