Y ahora ¿qué? Es la pregunta que muchos se hacen después de que hayan pasado las elecciones. Se acabaron las promesas de los candidatos, los mítines, los discursos, las sonrisas, las buenas caras y toca volver a la normalidad, al día a día. Pero, ¿qué ha cambiado desde el 22-M? Poca cosa la verdad. Sí, el mapa de España es ahora más azul (PP) que rojo (PSOE) pero aparte de eso los problemas de esta comunidad y del resto del país siguen siendo los mismos que teníamos el 21-M: ni el paro ha bajado, ni hemos salido de la crisis, ni las perspectivas para el próximo año son más halagüeñas. El cambio político siempre es importante porque representa nuevas ideas, nuevos aires para las instituciones y genera cierta ilusión y esperanza, pero siendo realistas las arcas están igual de vacías hoy que hace diez días por lo que no parece que la situación vaya a mejorar a corto y medio plazo. Se avecinan más recortes. Y por si el futuro no pintaba lo suficientemente negro la OCDE nos echa otro jarro de agua fría advirtiéndonos de que no volveremos a niveles de paro precrisis hasta dentro de 15 años y para colmo empeora las previsiones de crecimiento. Paciencia pide el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, “en 30 años estaréis mejor”. Pues menudo consuelo.
