Este miércoles, el rey Felipe VI y la reina Letizia han iniciado sus vacaciones estivales en la isla, marcando el comienzo oficial de su estancia con las tradicionales audiencias a las autoridades autonómicas, insulares y locales en el Palacio de la Almudaina.
Cuando se acaba de celebrar el décimo aniversario del reinado de Felipe de Borbón, con sus correspondientes descansos veraniegos en el Palacio de Marivent, siguiendo la tradición de sus padres, los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía, se constata la vinculación de la Familia Real con la isla y con la sociedad balear, de la que una representación será recibida el próximo lunes día 29 en los jardines del edificio mandado construir por el pintor Ioannes Saridakis y la escultora Laura Mounier, como viene siendo habitual en la última década.
La presencia de los Reyes en Mallorca es una señal de continuidad y estabilidad. Cada verano, Marivent se convierte en el hogar temporal de la Familia Real, un lugar donde encuentran descanso y donde, al mismo tiempo, cumplen con sus obligaciones institucionales. La llegada de los Reyes Felipe y Letizia, junto con sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, aporta un aire de normalidad y familiaridad que es muy bien recibido tanto por residentes como por los turistas que visitan la isla.
La estancia de la Familia Real en Mallorca tiene un impacto positivo en la ciudadanía y también en la proyección de la isla a nivel nacional e incluso internacional
La tradición de las audiencias es un reflejo del respeto y la cercanía que la Familia Real mantiene con las autoridades y la ciudadanía de Baleares. Este año, el rey Felipe VI ha recibido a la presidenta del Govern, Marga Prohens; al presidente del Parlament, Gabriel Le Senne; al presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés; y al alcalde de Palma, Jaime Martínez, en unos encuentros protocolarios e institucionales que se enmarcan en la absoluta normalidad.
Más allá del protocolo, la estancia de la Familia Real en Mallorca tiene un impacto positivo en la ciudadanía y también en la proyección de la isla a nivel nacional e incluso internacional. La atención mediática que genera su visita es relevante y especialmente valiosa. Además, refuerza la imagen de Mallorca como un lugar seguro, de tran tranquilidad y belleza.
Los reyes Felipe y Letizia reafirman su compromiso con la isla y fortalecen los lazos entre la monarquía y la sociedad balear. Es un gesto de agradecimiento mutuo que beneficia a todos y que es motivo de celebración año tras año. Y que hay que confiar que, en el futuro, mantengan sus hijas, como sigue haciendo la reina emérita Sofía. Ojalá sea por muchos años más.