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Vuelva usted mañana

lunes 30 de diciembre de 2013, 13:34h

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En enero de 1833, Mariano José de Larra publicaba en “El pobrecito hablador” su artículo “Vuelva usted mañana”, en el que con evidente sátira criticaba con dureza la desidia y la abulia que caracterizaban a la sociedad española a la hora de resolver sus asuntos.

Esa crítica, dirigida a la sociedad en general, fue utilizada fundamentalmente contra la inoperante Administración Pública española que, en 1833, estrenaba división provincial pero que distaba años luz de las mucho más eficientes administraciones francesa, inglesa o prusiana.

El argumento del artículo y de su aplicación a una ineficiente administración era muy sencillo: aunque tenga usted un problema, y especialmente si su problema es urgente, la Administración será incapaz de atenderle eficientemente. Un día será porque el encargado del asunto está de baja, otro porque estará de vacaciones y al siguiente porque usted se ha olvidado de un sello, certificado, copia, estampilla, o porque dicho sello, certificado, copia o estampilla por los que además ha pagado usted la tasa correspondiente no es el que toca. La cuestión es que siempre debe usted volver al día siguiente.

Con el paso de los siglos (ya casi dos), el argumento del artículo de Larra sigue vivo. Pero esa pervivencia del argumento implica focalizar el sujeto de la sátira. El sujeto de la sátira, en el contexto actual, solo pueden ser los responsables políticos y, muy especialmente, aquellos responsables políticos encargados de anunciarnos día sí y día también que estamos saliendo de la crisis, pero que no saldremos hoy, sino mañana, o a finales del año que viene o del otro.

Desde que estallara la crisis en 2008 con la debacle de Lehman Brothers y con el desmoronamiento hasta los cimientos de nuestra particular burbuja inmobiliaria, políticos de todo pelaje y condición responsables o irresponsables de la economía nos han exigido sacrificios sin cuento porque tras ellos, y a no mucho tardar, iba a llegar el paraíso (y no, desde luego, el del proletariado).

El 20 de mayo de 2009, Elena Salgado, inefable Ministra de Economía del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, nos anunció que “en unas semanas” veríamos los brotes verdes de la recuperación económica. Unas 240 semanas después de tan vegetariano anuncio, los brotes verdes se los ha debido fumar alguien.

Desde ese lejano día de mayo de 2009, cada poco tiempo alguien nos trata de convencer de que ya vemos la luz al final del túnel, de que se advierten síntomas claros de mejora económica, de que los presupuestos de este año, y del otro, y del otro, serán los de la recuperación, que la culpa de todo es del gobierno anterior (acabaremos echándole la culpa a los de Atapuerca), pero que gracias a los esfuerzos de todos esto ya está casi listo… y así una tras otra, mes tras mes, trimestre tras trimestre, presupuesto tras presupuesto, y ya entramos en el sexto año de esta pesadilla.

Cada rueda de prensa, cada discurso, cada comparecencia… es una excusa, una promesa incumplida y un “vuelva usted mañana, o pasado, o el año que viene, que seguro que habremos resuelto el problema”.

El “vuelva usted mañana” se parece mucho a la estrategia del palo y de la zanahoria. Adivine quién es aquí el caballo, asno, burro o mula. Buscando la zanahoria seguimos peleando cada día, y cada día la zanahoria está casi al alcance, pero nunca conseguimos llegar a ella.

Montoro, tan divertido y locuelo que debiera protagonizar el Especial Nochevieja junto con los sempiternos Morancos, subió el IVA y el IRPF, según sus propias palabras, de forma temporal nada más llegar al Gobierno, es decir, hace dos años.

Tras dos años de haber incumplido a nuestra costa su programa electoral, Montoro riza el rizo e incumple su incumplimiento, manifestando que esa subida temporal del IRPF ya no será temporal, sino solo subida, y que el IVA se queda como está, es decir, por las nubes.

Y añade algo más. Tras asegurar que la recuperación sería clara en 2013 (en este año solo se han destruido 600.000 puestos de trabajo), ahora pospone la recuperación a finales de 2014. Gracias a nuestra experiencia, ya sabemos que a finales de 2014 nos remitirá a finales de 2015 y así sucesivamente.

Ya sabemos todos que creciendo al 0,1% es imposible generar empleo y es imposible, por tanto, salir de la crisis. También sabemos todos que esta crisis la pagamos las clases medias y bajas, a mayor gloria de aquellos pocos que hacen fortuna en estos tiempos (un 13% más de millonarios en España en los últimos años).

Sabemos también que tras tanta palabrería se esconden grandes mentiras, como aquellas de que en España los salarios suben moderadamente, que las pensiones no pierden poder adquisitivo, que los trabajadores no están con el culo al aire y sin convenios colectivos.

Y sabemos también que de esta no salimos hasta al menos dentro de una década, y que desde luego jamás seremos lo que fuimos.

Por lo tanto, sería deseable que nos dijeran la verdad. Que nos dijeran que de los brotes verdes de Elena Salgado a las subidas temporales de impuestos de Montoro lo único que ha hecho el Gobierno, o los Gobiernos, ha sido trile, pura y dura prestidigitación de barraca, ilusionismo aficionado.

No tenemos miedo a la verdad porque la sabemos y la pagamos. Por tanto, que se ahorren el ridículo de tratar de engañar torpemente a quien no se deja. Que no les frene para reconocer la realidad el hecho de que haya elecciones a la vuelta de la esquina. ZP lo hizo y nadie se lo perdona, así que no cometan el mismo error.

Que no nos hagan perder el tiempo con falsas esperanzas y espejismos de chistera. Sabemos lo que hay, y no queremos ni más palos ni más zanahorias.

Si nos engañan, si se creen que somos tontos y que nos tragamos sus milongas, quizás deberíamos asegurarles que sí, que volveremos mañana, para que puedan prepararse para lo que se les vendrá encima.

 
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