Voluntarios denuncian mala praxis en la atención de gatos en Son Reus

La historia de Sam, un gato mayor de pelaje largo negro renunciado en el Centro de Protección Animal como tantos otros, es la de un animal que entró en buen estado de salud y por razones que se desconocen, permaneció escondido en las gateras enfermando. "No apareció en la web de Son Reus hasta pasados 15 días, lo sacamos a los 18 y su estado era lamentable", explican a mallorcadiario.com los voluntarios particulares que han asumido el caso y los altos costes del animal.

"Nos lo entregaron medio muerto, diciendo que estaba delgadito y con un resfriado, pero es evidente que su estado es peor", indican. Ahora, el animal permanece ingresado en una clínica privada y son ellos los que afrontan los gastos. Tantos, que están pidiendo donativos en redes para afrontarlos.

Días después, saltaba otro caso: el de un gato de pelaje rubio que, al igual que Sam, entró en jaulas "cariñoso y vitalista" y ahora, permanece ingresado en la UVI del centro debido a la presión que estos usuarios han realizado -el fin de semana, con sonda y totalmente solo en la sala-, y hasta este miércoles no puede salir ya que la ley marca un mínimo de 15 días en el centro para los gatos que hayan entrado como vagabundo.

Los voluntarios lamentan que no se haya avanzado hacia una gestión más flexible en estos casos graves. "Nosotros les hacemos el trabajo ya que somos los que hacemos seguimiento, los sacmos y pagamos sus tratamientos. Y aún así los dejan enfermar ahí dentro sin remedio".

Asimismo, lamentan que sigan siendo ellos, los voluntarios, quienes asuman los gastos de la mayoría de casos de gatos y perros de la calle. "Empezamos la legislatura así y segumos en las mismas: los voluntarios asumimos una función que no nos toca" y subrayanque "ni la regiduria debería llamarse 'Benestar Animal' ni Son Reus tendría que denomirse 'centre de Protecció Animal'"