Según el escrito del fiscal, los hechos se remontan a mayo de 2017, cuando el chico tenía 16 años y la víctima, 14. La relación continuó hasta, al menos, finales de 2019 o principios de 2020, momento en que el procesado ya tenía 19 años, pero la chica seguía siendo menor.
El Ministerio Público apunta a que la relación se desarrolló "con multitud de problemas y conflictos" motivados por celos y actitud de control mutuos, así como enfados, rupturas y discusiones, "existiendo una fuerte dependencia emocional entre ambos".
Además, mantuvieron en varias ocasiones relaciones sexuales con penetración, conociendo el joven la edad de su entonces pareja y siendo aceptadas por ésta.
ENCUENTROS TRAS LA RUPTURA DE LA RELACIÓN
Una vez la relación se rompió definitivamente, la chica acudió una mañana, a principios de marzo de 2020, a casa del acusado y, estando ambos en la habitación del chico, empezó a realizarle tocamientos, manifestando la joven que no quería. Con todo, el joven la agarró de los brazos y la penetró.
En mayo de 2020 se volvió a producir un encuentro entre ambos, en este caso en el coche del chico, donde también mantuvieron relaciones, rechazadas en un principio por la menor.
ORDEN DE ALEJAMIENTO
El 9 de julio de 2020 se dictó por el juzgado de violencia sobre la mujer una orden de alejamiento en favor de la víctima, que ha precisado tratamiento psicológico desde febrero de 2018.
El fiscal considera los hechos constitutivos de un delito continuado de abuso sexual a menor de edad y de agresión sexual con acceso carnal, por lo que pide siete años de cárcel para el chico y la prohibición de que pueda acercarse a la víctima en un periodo de diez. Además, solicita que indemnice a la joven en la cantidad de tres mil euros en concepto de daño moral y psicológico.
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