Pregunta: ¿Se puede hablar de España como pleno Estado de Derecho mientras la podedumbre de su alcantarillado político-policial campa a sus anchas sin asumir responsabilidades, ni que ningún otro poder del Estado urja investigar sus sucios manejos?
El “señor” (por llamarle de alguna manera) Villarejo circula libremente por las calles del país, dedicándose -sin ningún tipo de vergüenza, ni propia ni ajena- a sembrar porquería por donde quiera que vaya, ya sean medios de comunicación o ámbitos políticos de toda clase.
Bien, asumamos que la mal llamada Justicia no encuentra, de momento, indicios o pruebas fehacientes que le puedan imputar; lo cual quiere decir, o insinuar, que ha estado, durante un montón de años, actuando de manera legal o lícita, como quieran ustedes. Sí, pasó un tiempo en la trena...pero, ahora, su dedicación plena se decanta hacia la filtración de videos y audios en los que “compromete” a personas afines al Régimen que los periódicos de Madrid se ocupan de publicar. Personas que, por cierto, han declarado -bajo juramento- no conocer ni haber cruzado ni una sola palabra con el “comisario-jefe de la bien llamada “policía patriótica”; por cierto, ¿de qué Patria estamos hablando que permite esas desfachateces antidemocráticas?
Una de estas personas aludidas, directamente, a través de las grabaciones (miles de ellas) que efectuó Villarejo, la presunta “señora” María Dolores de Cospedal, testificó en sede judicial no haber conocido al comisario ni haber tenido con él trato alguno. Un tiempo después, se ha podido demostrar, acústicamente, que no sólo se conocían personalmente, sino que conversaban en divertas ocasiones por teléfono e incluso se llegaban a citar en cafeterías.
¿Será que la señora Cospedal ha caído flagrantemente en el delito de perjurio? ¿Nadie le va a decir nada? Y la propia ella ¿dormirá tranquila mientras toda España ha podido comprobar, de primera mano, como mentía con avidez y alevosía? Y ¿el propio Estado -con sus instituciones y poderes fácticos- va a callar ante tamaña falacia?
Son preguntas sin respuesta, claro; son casi retóricas; sus respuestas se conectan perfectamente con aquello del “rosario de la aurora...
Creo que al Estado – a ese Estado que ha permitido y sigue permitiendo que gente corrupta y ruin actúe a sus anchas- no le debería convenir que se vayan ventilando esas asquerosas prácticas más evidentes en un estado fascista que en uno de democrático. Por lo menos, no le hace ningún bien en la Comunidad Internacional (Unión Europea incluïda). Más pronto o más tarde esa política de alcantarilla va a salir a la luz pública internacional y España quedará marcada.
Luz y taquígrafos: eso es lo que debería suceder. No sólo explicaciones sino asunción inmediata de responsabilidades y limpieza general de todo el entramado subterráneo que existe en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
¿Alguien -a estas alturas- puede creer, sinceramente- que los diez ministros del Interior de los diversos gobiernos de todos estos años, ignoraban la existencia de estos grupos “independientes” del control gubernamental? ¡Vamos, hombre, por favor!
Como diría aquel famoso abogado: ahí lo dejo.