En el transcurso de la semana, el candidato a presidente del gobierno de España, el Sr Sánchez, con el Sr. Iglesias de intermediario, ha encumbrado al independentismo a arbitrar el futuro gobierno de España entre socialistas y comunistas. La misma semana en la que Junta Electoral Central ha recordado a la conciencia colectiva que uno de sus interlocutores, Oriol Junqueras, el líder de ERC, está en prisión bajo condena firme y no puede acceder a su acta de eurodiputado y acordado que su ”alter ego”, Quim Torra, ha sido inhabilitado como presidente del gobierno catalán, al retirarle la credencial como diputado autonómico.
El primero está condenado por sedición por haber infringido el Código Penal. El segundo, ha sido inhabilitado en aplicación de la Ley Electoral, la misma que establece el procedimiento de acceso a los parlamentos y que refuerza positivamente la representación territorial en el congreso de los Diputados. Como es obvio, las sentencias judiciales y los acuerdos de la autoridad electoral deben acatarse. No se puede estar de acuerdo con la Justicia sólo cuando te da la razón ni tomar de la legislación solo el articulado que te favorece. La calidad democrática de un país, además del nivel de las libertades ciudadanas se mide por el respeto a las decisiones de la mayoría y a la legislación vigente.
La misma semana que los medios de comunicación y las redes sociales han reproducido las informaciones que muestran que Sánchez miente más que habla, que sus principios son sus intereses, que su interés principal es ser presidente del gobierno al precio que sea y que en el seno del partido socialista se han desactivado los mecanismos de debate y contrapoder porque son los principales beneficiarios individuales del futuro gobierno.
La confianza de un mentiroso tiende a cero y esta es la imagen que va calando en la opinión pública de los representantes políticos. Sin embargo, en este caso, lo más importante no es el quien, sino el qué. Las políticas populistas basadas en el gasto descontrolado, la inestabilidad, la inseguridad ciudadana, el radicalismo violento y la división, la desconfianza del sector productivo y los manifiestos déficits de la gestión, nos abocan irremediablemente a un empobrecimiento general.
Esta manifiesta contraprogramación a la fiesta de los Reyes Magos ha dejado algunos gestos meritorios. Hemos tenido oportunidad de ver, entre otros, que los diputados del Partido Regionalista Cántabro, excentricidades aparte, tienen claras sus prioridades y que Coalición Canaria sigue mostrando, sin dejar de defender sus intereses la coherencia de sus principios y la calidad de sus representantes.
Con el inicio de la Sesión de Investidura estamos afrontando un sábado de pasión tendente a nombrar un nuevo presidente del Gobierno de España, en un escenario complejo, con situaciones precipitadamente cambiantes y en un terreno totalmente embarrado.
Mientras no se clarifique la situación, a título de precaución, recuerden que el riesgo de circular y manifestarse en Ferraz, delante de la sede del PSOE, representa un riesgo cierto de detención.
Buen finde.