GEMA MUÑOZ. Cada día encontramos a nuestro alrededor múltiples mensajes que hacen uso de la belleza y el cuerpo humano para publicitar productos y servicios.
El fenómeno del uso del cuerpo en publicidad ha traspasado muchas fronteras, en las que podría estar incluido el decoro y la decencia. La agencia japonesa Absolute Territory PR ha llevado a cabo una campaña para reclutar mujeres jóvenes y hermosas para llevar la publicidad de sus clientes en una parte muy particular de su anatomía: los muslos.
Las candidatas deben cumplir con algunos requisitos, el primero ser mayores de edad, deben ser poseedoras de como mínimo 20 amigos en Facebook, pues el meollo de la campaña es que la publicidad se vea por el máximo número de personas. En caso de ser aceptadas como condición las jóvenes deberán hacerse una foto donde se distinga el anuncio impreso en su cuerpo y por supuesto subirla a su perfil en redes sociales.
Pero aquí no acaba la cosa, otro cometido al que se comprometen es vestir minifalda y permanecer en la calle durante un mínimo de 8 horas exhibiendo sus piernas y por supuesto la publicidad que llevan en ellas. Las feministas seguro que se ponen en pie de guerra en muy poco tiempo.
Por convertirse en “cuerpos publicitarios” las elegidas pueden llegar cobrar hasta 150 euros.
Muchas son las marcas que ya se han dejado abrazar por ésta nuevo formato publicitario, entre ellas por ejemplo el grupo musical Green Day que la ha empleado para lanzar su nuevo disco en el país nipón.
El negocio marcha maravillosamente, y la agencia ya tiene en su base de datos a 1.300 candidatas apuntadas.
Y no nos desviamos de los países asiáticos, esta vez viajamos a China donde la compra de vientres de silicona para fingir embarazos, se está convirtiendo en un negocio muy lucrativo.
El motivo de las mujeres que hacen uso de este artilugio, es conseguir beneficios, como por ejemplo que les cedan el asiento preferente en los transportes públicos.
Los precios del vientre ficticio oscilan entre los 40 y 90 euros, en las páginas web donde se venden los publicitan como medio para conseguir “privilegios” esos que solo gozan las mujeres embarazadas.
Si un embarazo unitario les parece poco, no hay problema, se pueden elegir barrigas de diferentes tamaños, con equivalencias a los meses de gestación correspondiente e incluso se puede fingir un embarazo de gemelos o trillizos.
Dice el refrán ver para creer y, para no errar, tocar, aunque igual tocando, tocando alguien se lleva una tamaña sorpresa que puede ir con un cachete incluido.