Victoria mallorquina en el VI Rallye Clásicos del Atlas

La prueba consiste en una semana de competición, donde cada día se recorren una media alrededor de 300 km por paisajes espectaculares, en el que se combinaban pistas rotas y pedregosas por zonas de arena y dunas. En la prueba han participado casi una treintena de vehículos de 20 y 30 años de antigüedad de todo el territorio español.

Los mallorquines llevaron a cabo un recorrido impecable haciendo “cero” la práctica totalidad de los días, regular y sin fallos y han reivindicado el Toyota RAV 4 de su primera serie, como un vehículo muy competitivo para este tipo de pruebas. El segundo lugar fue para el Mitsubishi Montero de los hermanos Sanz-Lobo Francisco y Cristian, únicos capaces de hacer frente ganadores pero cediendo ante los mismos un puñado de puntos. El podio lo cerró el Toyota Land Cruiser de David Cañado y Ramón Provencio ya a mayor distancia de sus predecesores.

Durante todo el “duro recorrido”, explica Gabriel González, “se conciencia a los participantes de las difíciles condiciones de vida de algunas remotas poblaciones por las que pasa el rallye, distribuyendo a su paso material de primera necesidad para ayudar en la medida de lo posible a paliar esta situación”. “Son jornadas largas, de más 10 horas, por caminos de arena que hacen que sea en muchas ocasiones muy poco transitables para vehículos con más de 20 años de antigüedad, y donde la solidaridad y el compañerismo de todos los participantes está muy presente. Nos ayudamos continuamente”, asegura Carmen Torcello.

La pareja de piloto y copiloto han logrado un triunfo en “generosidad y competitividad”. Durante su aventura “solidaria” por terrenos abruptos e inhóspitos del macizo montañoso del Atlas marroquí han recorrido casi 2.000 km, aunque si se tiene en cuenta desde que salen de Mallorca hasta su llegada a Marruecos hay un largo recorrido donde los esfuerzos y la pasión que le ponen es algo que merece destacar. También cabe mencionar que el equipo, patrocinado por la Escuela Universitaria ADEMA, repartió cepillos y pastas de dientes en colegios y dio información sobre higiene bucodental a los niños.

Las pruebas comenzaron en Marrakech y culminaron en la localidad de Ouarzazate, después de haber recorrido buena parte de la geografía del país vecino en un recorrido duro y selectivo.

Tanto Gabriel Molinero como Carmen Torcello guardan para siempre la hospitalidad, mostrada por los vecinos de las aldeas a su paso, repleta de generosidad y complicidad de una semana plagada de emociones en lo deportivo y en lo persona.