¡Viajeros al tren!

Los partidos que sustentan al Govern del Pacte no se cansaron de señalar durante la pasada legislatura que el servicio del tren era un desastre. Han pasado dos años y la actual gestión no resiste ninguna comparación con la del periodo 2011-2015.

Con José Ramón Orta al frente, y con la premisa del ahorro por la crisis, SFM vio el cierre de estaciones, el aumento de los 'simpa', y numerosas averías a primera hora de la mañana. Pero el tren salía y llegaba cada día. Cada día los mismos. Hoy, aquel servicio público que debía ser la bandera del transporte con el cambio de Govern es un tren que cada día se hace más pequeño y que vive envuelto desde hace meses en el cabreo de la conflictividad laboral y sus efectos entre los usuarios. Desde el pasado viernes, el servicio de los días laborables queda sensiblemente reducido. Más pasajeros, menos trenes y frecuencias. Es el no-éxito de una gestión.

Para aliñar el clima, Francina Armengol dice abiertamente que la recuperación de trenes y frecuencias está supeditada a resolver la conflictividad y a la llegada de un acuerdo con los sindicatos. Señora Armengol, el tiempo de las negociaciones lo están marcando ustedes, y lo sabe. Si no se negocia no se puede acordar.

Si el conflicto del tren no se ha arreglado ya es porque el Govern del Pacte ha decidido no negociar. Transports quiere enmarcar cualquier negociación con los trabajadores de SFM en el acuerdo que busca para todo el sector público instrumental de Balears. Y por los muchachitos del tren no va a adelantar el calendario previsto. Eso es algo que 'ahora no toca'.

Lo que sí que 'toca' es el enfado de lo miles de usuarios diarios y la degradación de un servicio. Mientras, el Govern sigue impasible. Eso sí, tijera en mano.