Hasta que el ministro de Justicia presentara su reforma de la Ley del aborto, Alberto Ruiz Gallardón era el candidato de la derecha preferido por la izquierda. En el otro hemisferio, Joan Mesquida fue y sigue siendo más respetado por sus adversarios que por aquellos que comparten desde hace treinta años su militancia. Ayer lo evidenció en la presentación de su libro “Socialismo XXI. La izquierda del futuro” en el Espacio Bertelsmann, de Madrid. Le introdujo Miguel Sebastián y le secundó el director editorial de Deusto, Roger Domingo. Estando flanqueado por el que fuera su superior en el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ninguno entre el medio centenar de asistentes lucía corbata, a pesar de la fría tarde en la calle O’Donell. El calor devino de la “revolución controlada”, con la que el funcionario calviense pretende revitalizar el programa socialdemócrata clásico para adaptarlo a los tiempos que corren. Su ideario reflexivo plantea en clave electoral sus convicciones para afrontar la crisis del estado de bienestar y la falta de implicación social en los retos a los que se enfrentan España y Europa. Mesquida no renuncia a competir por revivir su flamante trayectoria política, también marcada por algunos sinsabores como cuando Francesc Antich no le incluyó en las listas del PSIB PSOE, tras su paso por la Conselleria d’Economia i Hisenda o cuando no logró en las elecciones de 2004 su escaño en el Senado, Cámara Alta que ahora propone eliminar. Una legítima aspiración, cuya orientación se resiste a concretar, pero que mantiene intacta, tapado desde su plataforma “formapartedelasolución.es”, a la espera de fijar su objetivo en las primarias baleares o en las nacionales, donde se opondría al que fuera su jefe desde 2006 hasta que dejó el mando unificado de la Guardia Civil y la Policía. Mientras los analistas sopesan el respaldo con el que cuentan Madina, López o Chacón el mallorquín marca los tiempos sin precipitarse, pero con la convicción de que “lo importante no es tener futuro, sino tener pasado”. Por eso, el próximo martes en el Club Diario de Mallorca será respaldado para su presentación local del libro por el ex Presidente del Congreso, ya que nunca tuvo duda entre su mentor y Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien se refiere veladamente cuando pide a sus compañeros que “no se dejen obnubilar por un discurso más o menos brillante, que se lo pueden haber preparado otros y haber aprendido de memoria”. El abogado y politólogo de Felanitx es tenaz y aspira a seguir ofreciendo alternativas en un partido que no remonta el vuelo, ni favorecido por el rigor de las medidas que ha debido adoptar el Partido Popular. No se considera un “outsider”, aunque no parte de favorito en las quinielas, porque recuerda que J.L. Rodríguez Zapatero era un desconocido hasta el XXXV Congreso Socialista; aunque tampoco debería olvidar que, junto a Matilde Fernández y Rosa Díez, Pepe Bono quedó descabalgado en los comicios internos del PSOE, en julio de 2000, aun siendo la mejor opción para quienes no tenían derecho a votarle.
