www.mallorcadiario.com

Venenos que curan

viernes 26 de septiembre de 2014, 13:20h

Escucha la noticia

¿Las sustancias venenosas solo tienen potencialidad para enfermar o pueden generar alivio y curación?. Depende, todo depende. Muchos principios activos incluidos en los listados de productos venenosos pueden ser utilizadas para tratar determinadas dolencias.

Por concepto, por definición los venenos son sustancias que lesionan y que pueden matar. Sin embargo, hasta en estas situaciones, aparentemente tan dicotómica, la realidad se expresa de forma algo más compleja.

El veneno más mortífero que se conoce es la toxina botulínica. Su contaminación alimentaria es altamente letal. Ni la naturaleza ni la mano del hombre han sido capaces de crear una sustancia más tóxica. Su administración intradérmica, aprovechando la capacidad para interferir en la contractilidad muscular, se ha convertido en un efectivo y seguro remedio para el estrabismo, la torticolis espasmódica, el sudor excesivo y entre muchos otros síntomas, las arrugas.

El acenocumarol, más conocido por su marca comercial, sintrom, es una de las moléculas que más vidas ha salvado y los sigue haciendo. Evita la trombosis de las prótesis cardiacas y ha reducido de forma drástica el número de trombosis cerebrales. La incidencia de las complicaciones generadas por la enfermedades cardioembólicas está en franca regresión así como las mutilantes discapacidades que generan

El acenocumarol, pertenece a una de las familias de venenos utilizados desde hace muchos años como efectivos raticidas; como “mataratas”. A dosis muy elevadas produce la muerte por sangrado masivo y retardado de uno de los mamíferos más numerosos del mundo.

Derivados del veneno de las víboras, conocido por su capacidad por producir hemorragias, se utilizan para destruir los coágulos y los trombos dentro de las arterias.

Algunos insecticidas como el prohibido DDT han salvado muchas vidas al impedir la infestación de las cosechas y aumentar la producción de alimentos básicos en países pobres. Probablemente ha contribuido a la eliminación de los mosquitos vectores del mortífero paludismo. Sin embargo su persistencia y su toxicidad ha obligado a su prohibición desde hace décadas pero se sigue identificando en la sangre los ciudadanos contemporáneos.

El saludable pomelo, utiliza para su metabolización, para la eliminación, las mismas vías, los mismos sustratos que muchos medicamentos. Su utilización concomitante puede aumentar los niveles de límites claramente tóxicos.

El pescado puede esconder entre sus exquisiteces mercurio y dioxinas, según procedencia y tamaño.

El arsénico de las aguas subterráneas utilizados para regar vegetales llega con más facilidad a los veganos.

Como ven, de la misma forma que hay medicamentos que curan, existen venenos que cura. Depende, todo depende como ya rezaba la canción del exitoso grupo musical Jarabe de Palo. En este caso esencialmente de la dosis y de la via de administración.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios