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Unidas pueden

sábado 10 de agosto de 2019, 09:46h

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Las informaciones sobre informatización y digitalización sanitaria son continuas. Los avances claros. Tantos, como las dificultades que tiene los pacientes para acceder a la información clínica necesaria para actuar como su propio agente de salud.

El tiempo que se hace perder a los profesionales y a los pacientes, por una planificación e impulso claramente deficitarios, es infinitamente más elevado del que resultaría con inversiones adecuadas. Las improvisación y la falta de diligencia en este ámbito son malas compañeras para la eficiencia del sistema e influyen directa y negativamente sobre la calidad de la asistencia.

Aún asumiendo que toda generalización tiende a ser injusta, se puede afirmar que en la asistencia privada las debilidades aparentemente son mayores que en la pública, que no son pocas. En esta última, tomando dos ejemplos recientes, al azar, de dos noticias publicadas, los déficits de informatización, han servido como coartada, entre otras, para que la bolsa única de profesionales eventuales, estuviera casi tres años sin actualizar y que en algún centro sanitario, la asistencia se ha visto seriamente dificultada, durante más de dos años, por lo que debe ser un rutinario recambio de servidores. No resulta aleccionador.

En la privada, en no pocas ocasiones el paciente se ve obligado ha aportar la información que dispone, a menudo incompleta, dispersa en los servidores de los distintos proveedores, para que se puedan tomar decisiones importantes sobre sus enfermedades. El peligro que se obvien diagnósticos previos es muy alto y el que se repitan pruebas invasivas no es menor. La digitalización se esta imponiendo. La integración sigue claramente rezagada.

El sistema sanitario necesita avanzar en el desarrollo de estándares de sistemas de información accesibles, seguros e interoperables centrados en el paciente.

Las dificultades para intercambiar información entre CCAA y cumplir con el compromiso firmado con la UE para el intercambio de la historia clínica en 2020, son importantes.

La información sanitaria puede almacenarse en muchos lugares, como consultorios médicos, hospitales, farmacias o las propias compañías de seguros de salud, obviamente bajo consentimiento. No existe un estándar unificador para los sistemas de información.

Todas las grandes empresas tecnológicas, Apple, Amazon, IBM, Microsoft y Google han decidido, en contra de lo que es habitual, unirse para mejorar los estándares en salud y universalizarlo para todas las plataformas. La magnitud del potencial negocio, la trascendencia del proyecto y el espacio por recorrer explican su camino en común. Para ello, reivindican, precisamente, un hecho mayor, que los datos pertenecen al paciente y al él debe seguir.

Unidas pueden establecer y alcanzar objetivos de salud personalizados.

Unidas pueden facilitar la portabilidad de los datos de salud.

Unidas pueden integrar la información de distintos proveedores independientes.

Si, las grades tecnológicas, unidas pueden. De hecho, no se podrá hacer sin ellas.

Los órganos de aseguramiento y los proveedores asistenciales, públicos y privados van a convivir con estas empresas no sectoriales y deberán ponerse las pilas para contribuir a la transformación tecnológica en forma colaborativa. Los sistemas sanitarios y los pacientes tienen mucho que decir y aportar para hacerlo humano, fiable y seguro.

Unidas pueden, pero el espacio a explorar no pueden hacerlo solo las tecnológicas. El sector sanitario tiene que implicarse para facilitar el avance en el acceso a los registros personales de los pacientes y su solvencia en términos de salud, trazabilidad y de seguridad.

Las limitaciones derivadas de la custodia de los registros de historia clínica en una determinada institución ya no son asumibles. Hay que mejorar su alcance y su funcionalidad.

El dinero tiene que seguir al paciente. La información clínica, también, tutorizada en las macrodecisiones, por unas administraciones públicas competentes y despolitizadas; por cierto, muy alejadas del circo actual.

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