Baltasar Picornell cumplió hace unos días un año como presidente del Parlament balear tras una crisis en Podemos que, de manera sorpresiva, le aupó al puesto de segunda autoridad de Baleares. Su designación causó revuelo por su imagen atípica, con melenas, vaqueros y zapatillas, y porque es carpintero metálico. En una entrevista con EFE repasa este primer año, asegura que su motivación es ayudar a los demás, que ya no se le mira "con tanta reticencia" y que la gente se puede sentir "más identificada" con su aspecto que con "alguien con traje y corbata". Está satisfecho del trabajo realizado, defiende su independencia en los plenos y está convencido de que la política no corrompe ("depende de las personas") y de que regresará a su anterior empleo, del que está en excedencia.
¿Qué balance realiza de su primer año como presidente del Parlament balear?
Respuesta: Es positivo, se está realizando una gran labor legislativa y un gran trabajo interno (en la cámara), aunque no se refleja al cien por cien en medios de comunicación. También hay que destacar los consensos políticos alcanzados entre los partidos, en comparación con la legislatura anterior (con mayoría del PP) se están cerrando muchos. En los plenos, intento ser lo más imparcial posible y tengo buena sintonía con todos los partidos, con la izquierda y con la derecha.
¿Se ha sentido muy observado?
Hasta que fui a mi primera audiencia con Felipe VI (en el Palacio de la Almudaina) parecía que me miraban, no con lupa, sino con microscopio, pero ya no se me mira con tanta reticencia. Se están dando cuenta de que estoy haciendo mi trabajo más o menos bien, con errores, como el resto de humanos, aunque algún medio todavía critica puntualmente mi forma de vestir.
¿Es partidario de eliminar los aforamientos? ¿Y el actual nivel de pensiones de diputados y senadores?
Totalmente. No se puede emplear la figura del aforamiento para huir de la Justicia. Sobre las pensiones, tenemos que compararnos con el resto de ciudadanos; hay muchos que ni disfrutan de ellas.
Antes de usted, ha habido dos presidente del Parlament imputados y uno de ellos, María Antonia Munar, está en la cárcel. ¿La política corrompe?
La política no corrompe, es una cuestión de cada persona. Llevo tres años y si tienes claro para quién trabajas, para los ciudadanos, no te puedes corromper. Mi motivación es ayudar a los ciudadanos y a los demás, sé por qué di este paso. Hay que tener muy claro que no hay que caer en ciertas tentaciones.
¿Es partidario de limitar la duración de los cargos públicos?
Sería bueno, no estamos aquí para vivir de la política. De hecho, en mi partido el límite es de dos legislaturas. Yo tengo un oficio y cuando salga de aquí volveré a mi trabajo. Iría mucho mejor si hubiera un límite.
¿Cómo ha vivido las divisiones internas en Podemos de Baleares?
Somos un partido nuevo y es normal el desgaste a nivel autonómico y estatal; es normal que haya roces y distintas familias. Pasa en Podemos y en el resto de formaciones políticas, pero en Podemos formamos parte del mismo proyecto.
Hay gente que opina que un carpintero metálico no debería ser la segunda autoridad de la comunidad autónoma, que se precisa más formación.
Hemos venido para que las instituciones vuelvan a ser de la gente, queríamos demostrar que una persona normal y corriente puede hacer política y acceder a cargos de responsabilidad, como cualquier otro ciudadano. Durante este año se ha demostrado que un carpintero metálico sí puede presidir el Parlament, aunque le cueste un poquito más que a alguien que lleve más rodaje. Las instituciones públicas no son para unos pocos privilegiados, son de la gente.
¿Cuánto cobra cada mes?
Como presidente del Parlament percibo unos 3.400 euros, pero entrego a Podemos 800, con lo que me quedo 2.600. Con el dinero que doy se financia un partido que está creciendo.
¿Qué le parecen las críticas a su imagen, más propia de Jesucristo Superstar que de un político?
Aún hay muchos prejuicios a la hora de juzgar a las personas, gente como yo hay miles en la calle. Creo que la gente se puede sentir mucho más identificada con alguien como yo en un cargo público que con alguien con traje y corbata. Mientras se haga el trabajo bien, la imagen no importa. Una señora me paró por la calle en Palma, se metió con mi aspecto físico, me dijo que no tenía vergüenza por ir con estos pelos, pero tras escucharla y hablar con ella cinco minutos terminamos dándonos dos besos y sus prejuicios desaparecieron.
¿Qué tal su relación con el Rey?
Soy republicano, pero represento a todos los ciudadanos de Baleares; la conversación con el Rey fue muy amena.
A nivel familiar, ¿cómo lleva su actual responsabilidad?
Tengo una hija de 5 y un niño de 3 y no saben a qué se dedica su padre. A nivel familiar este trabajo te afecta mucho porque tengo muy poco tiempo para ellos. Aquí no hay un horario fijo y siempre hay actos institucionales, no es como cuando trabajaba de carpintero y tenía un horario fijo; esto sí lo echo de menos.
En su pueblo, en Cas Concos, ¿qué le dice la gente?
Allí nadie me comenta nada porque todos me ven igual, es lo bonito de vivir en un pueblo pequeño. Aunque sí me dicen que están orgullosos que Cas Concos -con cerca de mil habitantes- tenga un vecino presidente del Parlament. Allí soy Balti.
¿Qué libros le gusta leer y qué música escucha?
Leo libros sobre política, historia y alimentación. Respecto a la música me gusta el "trash metal", que es un sonido más grave que el "heavy metal", y me encanta el punk rock melódico.
¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Antes de entrar en el mundo político practicaba mucha mountain bike, incluso estaba federado; pero ahora no tengo tiempo, he perdido la forma, no estoy como antes. El fin de semana es para mis hijos.
¿De qué está más orgulloso de su vida política?
De haber participado en la Ley de Fosas, solo por esto me ha valido la pena entrar en política, aunque no tengo ningún familiar que fuera represaliado por el franquismo.