El suceso ha tenido lugar dos días después de que otros 18 presos murieran como resultado de una supuesta lucha de poder entre reclusos en la cárcel hondureña de Tela.
Con este último suceso, la cifra de homicidios dentro de cárceles de Honduras asciende a 57 en lo que va de 2019, lo que lo convierte en uno de los años más violentos en este sentido.
El Gobierno de Honduras declaró el estado de emergencia en el sistema penitenciario y trasladó el control de las prisiones a militares y policías con el objetivo de frenar una escalada de crímenes en el sobrepoblado sistema penitenciario hondureño, que aloja a unos 21.731 internos en 28 centros.