Una caña con Aurora Jhardi en el Born

Las redes sociales van 'encendidas'. Los comerciantes andan 'calientes'. Los restauradores andan 'acongojados'. Los "populares" sacan humo por todas partes. Todo esto lo ha conseguido, ella solita, la Teniente de Alcalde de Funció Pública i Govern Interior del Ajuntament de Palma, Aurora Jhardi.

Jhardi se ha empeñado en liquidar las terrazas que ocupan (en escrupuloso horario de bares y restaurantes) el paseo central del Born de Palma desde hace unos tres años.

Cuando Mateu Isern decidió abrir los comercios del centro los domingos y autorizar al mismo tiempo la actividad de las terrazas del Born y La Rambla, me entraron muchas dudas. No lo veía nada claro. Pedí entrevistarme con el entonces alcalde de la capital balear. Hay numerosas fotografías que documentan nuestro encuentro-entrevista que transcurrió paseando por el Born y tomando una caña (él una coca-Cola) en una de estas terrazas ahora abominadas por el equipo de gobierno de Cort.

Isern me convenció de su idea y de los resultados que esperaba. Tres años después, la realidad, la ciudad, me ha convencido mucho más de lo que lo hizo el político. Ahora da gusto. Lo da para los palmesanos y les puedo asegurar que lo da para el sector turístico y sus siempre bienvenidos clientes.

Desde aquí, respetada Teniente de Alcalde, le solicito lo mismo que solicité a Isern: tomémonos una caña en una de esas terrazas, elija usted. A ver si me convence de sus razones para dejar a decenas de trabajadores en el paro, de la trastada que va a hacer a los empresarios que han arriesgado una fortuna para levantar en el centro una docena de Hoteles-Boutique de alto standing que llenan de turistas en temporada baja, de la puñalada a los comercios de la zona que han constituído 'la Milla de Oro de la ciudad' a rebufo de un constante aumento de cruceristas que ahora sí y antes no se sienten atraídos por esta ciudad.

Me pregunto ¿qué daño hacen las terrazas?. ¿Se ha sentado en alguna de ellas alguna vez, señora (o señorita) Jhardi?.

Tomémonos una caña. Si lo prefiere, después del verano, cuando Mallorca caiga en picado sin los turistas del sol y playa y se dé cuenta de que en octubre, noviembre y diciembre los hoteles de ciudad tienen colgado el cartel de completo en Palma.

¿O es que al Born sólo hay que ir por Sant Sebastià o a ver el alumbrado navideño?. Porque si insiste en que el Born debe ser para los ciudadanos y que allí tiene que volver la Fira del Llibre, sabe perfectamente que ésta puede celebrarse en una decena de lugares igual de idóneos para el acontecimiento.

Una caña. A los 'chinos' nos jugamos quién paga.