Los datos de ocupación hotelera en esta Semana Santa evidencian el buen comportamiento del arranque de la temporada fuerte en Mallorca. Así, se espera que a lo largo de estas vacaciones, el 80 por ciento de la planta hotelera abierta esté completa, lo cual representa una tendencia continuísta respecto a años anteriores.
Zonas como Camp de Mar-Andratx, con un 77 por ciento de sus establecimientos operando, cuentan estos días con el 94 por ciento de ocupación. O el norte de la isla -Playa de Muro y Can Picafort- con sus hoteles al 92 por ciento, estando abiertos entre el 76 y 86 por ciento. Los números menos potentes los recoge Playa de Palma que, con nueve de cada diez hoteles en funcionamiento, la ocupación se sitúa en el 72 por ciento.
En cualquier caso, no hay que pasar por alto que estas buenas cifras -que repercuten en la estabilidad laboral de miles de trabajadores- tienen mucho que ver con el importante esfuerzo que los empresarios hoteleros llevan años realizando en los principales focos turísticos de la isla: miles de millones de euros han sido destinados a la reforma de la planta hotelera para mejorar el producto, apostar por la calidad más que por la cantidad de turistas y consolidar el destino más allá del 'sol y playa' en los meses puramente estivales. De hecho, los establecimientos que ya están en marcha permanecerán en funcionamiento hasta final de temporada, por lo que este año no se producirá el 'paréntesis' habitual entre Semana Santa y verano.
De este modo, se afianza la estrategia de expandir en el calendario la actividad turística asegurando una alta ocupación en toda la isla, aunque para ello se hayan tenido que rebajar los precios de las estancias, tanto por parte de los hoteleros como de los touroperadores. La competencia de otros destinos, más baratos y mejor gestionados desde sus Administraciones, marca el ritmo.
La clave ahora serán las reservas de último minuto. Serán estas vacaciones 'last minute' las que decidan si Mallorca cierra la temporada de manera satisfactoria o excelente.