El presupuesto de la comunidad para 2020 roza los 6000 millones de euros. El 25% va directamente ha sufragar deuda. Solo el aumento del coste financiero se acerca a los 500 millones.
No resulta fácil identificar las partidas utilizadas para disimular los reiterados desequilibrios de las cuentas públicas. En demasiadas ocasiones incluyen potenciales ingresos que pertenecen al exclusivo ámbito de la virtualidad. Con inusitada frecuencia se navega por espacios contables que permiten invisibilizar algunos de los pagos pendientes.
Sin embargo, la ingeniería administrativo - financiera tiene sus límites. Por más que se difuminen, los ingresos con partidas virtuales o los compromisos de gasto sin partida, solo se pueden compensar con dinero efectivo. En uno u otro momento acaban aflorando las deudas.
Curiosamente algunas administraciones autollamadas progresistas parapetadas en la ineficiencia tienen la insana costumbre de gastar, sistemáticamente, lo que no tienen hasta dejar un agujero de dimensiones astrales. De lo contrario, tiene difícil explicación que el primer presupuesto de la legislatura necesite la friolera de casi 500 millones más para pagos financieros. No sorprende que la deuda haya aumentado, incluso en una época de crecimiento y recuperación, es la norma. En realidad todas las legislaturas progresistas han acabado en números rojos. Esta, no podía ser una excepción.
Lo que es altamente sorprendente es la magnitud del agujero. En este aspecto, hay que reconocer que gobierno central ha ayudado de forma significativa. Se ha convertido en el principal moroso de la comunidad. Los convenios y las transferencias se han incumplido de forma sistemática. Si hubiera sido por Ábalos hasta se hubiera revertido el actual nivel de descuento aéreo.
La prueba del algodón sobre la preocupante situación económica actual la confirmamos con la desnaturalización del principio más racional de la ecotasa, su objetivo finalista. La vinculación de amplias partidas a actuaciones generales nos da buena nota del nivel de ruina al que hemos llegado. La economía ha estado creciendo, los proyectos más importantes se han quedado en la fase de declaración de intenciones y los baleares somos más pobres que al inicio de la pasada legislatura.
Lo intentarán obviar, disimular o endulzar, pero la realidad es tozuda. 500 millones más en el coste de una deuda que deberíamos haber reducido, es un verdadero “roto” en los bolsillos de los baleares. Buen finde.