Los constructores de Baleares deben contratar cada año cerca de 6.000 trabajadores de fuera de la comunidad para completar sus plantillas y hacer frente a los proyectos que realizan, lo que supone prácticamente el 10 por ciento del total de la mano de obra necesaria. El dato muestra, por una parte, el dinamismo de un sector que aguanta el ciclo económico moderado que estamos iniciando y, por otra, la escasez de profesionales cualificados en Baleares para determinadas tareas.
El informe de coyuntura de CAEB conocido esta semana señala a la construcción como el único sector que se ha desmarcado de la tónica regional de moderación, después de un cierto parón en el consumo y en las inversiones. En términos macroeconómicos, la economía balear cedió una décima en el primer trimestre del año y dos en el segundo, situándose en un 2,9 por ciento. Por el contrario, la construcción tuvo un crecimiento del 4,8 por ciento en el segundo trimestre, cuatro décimas por encima del primero.
El año pasado, el sector sumó en las Islas proyectos por un valor de 798 millones de euros, lo que vuelve a situar a la construcción en niveles del año 2009.
Aun así, a pesar de este dinamismo, la construcción tiene difícil contratar determinados perfiles profesionales como encargados, capataces, oficiales de primera, especialistas en rehabilitación o especialistas en acabados de obra, es decir, alicatadores, embaldosadores, montadores de tabiquería, etc.
En conjunto de los 38.000 trabajadores empleados en la construcción en Baleares, 5.700 han de ser contratados fuera de las Islas. Una circunstancia que, no sólo representa una dificultad añadida, sino que acaba teniendo una repercusión en el encarecimiento de los precios.
Ante este escenario, es necesario que en el proceso educativo se establezcan mecanismos que potencien las ramas de la formación necesaria, que se pongan en marcha itinerarios reales de formación profesional dual de acuerdo con las empresas y que se incentiven desde la administración este tipo de enseñanzas.
No hacerlo es asumir la incongruencia que supone la contratación de trabajadores de fuera de la comunidad cuando en Baleares, y a pesar de que aquí se sigue generando empleo, cerca de 40.000 personas aún siguen en el paro.