Un Primero de Marzo frío
sábado 01 de marzo de 2014, 09:28h
Balears celebra de nuevo su Diada, con sus entregas de medallas, sus actividades lúdicas y de cara al pueblo, y con sus actos institucionales. Se trata de una jornada festiva que ya ha calado como tal en la costumbre de los isleños, pero en ningún caso puede decirse que despierte un gran sentimiento entre los ciudadanos, a diferencia de las Diadas de otras autonomías, como pueda ser la catalana.
Con este Día de les Illes Balears, el Archipiélago celebra la publicación en el BOE del Estatut de Autonomia. Con la perspectiva de los años, se comprueba que aquel día fue un gran logro colectivo. Pero no puede decirse que fuese una conquista. Baleares fue la penúltima comunidad de todo el Estado en conseguir su Estatuto, sólo superada por Castilla la Mancha, donde por aquellos tiempos su tradición y anhelos autonomistas eran cero patatero.
A partir de una publicación en el BOE es difícil que una Diada consiga un auténtico arraigo popular. Desde 1999 la jornada se declaró festiva. La gente sale a pasear y disfruta de los entretenimientos que se le ofrecen. Pero de una manera discreta, sin grandes emociones. Aún le falta mucho al Primero de Marzo para convertirse en fiesta identitaria, que rezume autoorgullo y confianza plena en las instituciones.
Por no tener, Balears carece hasta de himno propio. En los años noventa, con Maria Antònia Munar como presidenta, La Balanguera fue declarada himno de Mallorca. Pero tal canto nunca ha tenido aceptación en Menorca e Eivissa. A lo largo de tres décadas el Govern Balear no ha conseguido cohesionar del todo al conjunto de las Islas. Hay más sentimiento mallorquín, o menorquín ibicenco que estrictamente balear. Y eso se nota cada Primero de Marzo. Hay frialdad en muchos corazones e, incluso, no pocos residentes en el Archipiélago aún no saben ni qué significa esta fecha.
Al menos, el autogobierno sigue adelante, que en estos tiempos de crisis, de austeridad y de recortes, no es poco.