El anuncio del Consell de Mallorca sobre la ampliación de los accesos a Palma con un carril adicional en la Vía de Cintura y la construcción del segundo cinturón es, sin duda, una noticia esperada y necesaria. Después de ocho años sin apenas actuaciones tendentes a modernizar las infraestructuras viales de la isla, la saturación del tráfico y el colapso en las principales arterias de acceso a Palma en hora punta se han vuelto insostenibles.
Durante los ocho años del Pacto de izquierdas (PSOE, Més per Mallorca y Unidas Podemos) en el gobierno del Consell de Mallorca, bajo la presidencia de Catalina Cladera las medidas adoptadas para paliar la congestión fueron inexistentes, creyendo que la saturación por sí misma sería suficientemente disuasoria del uso del transporte privado. La reducción de la velocidad máxima a 80 Km/h en la Vía de Cintura, felizmente revertida, no solucionó nada, sino que agravó la situación. Y el carril bus-VAO en la autopista del aeropuerto en sentido hacia Palma, que se perfilaba como una medida innovadora para descongestionar el tráfico, ha fracasado estrepitosamente, al no lograr atraer el volumen de usuarios necesario ni mejorar de manera notable la fluidez del tráfico. Es evidente que hacía falta una respuesta más ambiciosa.
Las soluciones a largo plazo para los problemas de movilidad en la isla deben pasar también por una apuesta decidida por el transporte público y la movilidad sostenible
La creación de un nuevo carril en la Vía de Cintura y la ampliación del segundo cinturón representan un intento serio por modernizar y mejorar la conectividad de Palma, lo que aliviará la presión sobre las carreteras y facilitará una circulación más fluida. Además, esta actuación se ajusta a uno de los compromisos clave del programa electoral de PP y Vox, demostrando que en este ámbito, el gobierno insular está dispuesto a cumplir con lo prometido.
No obstante, no se puede perder de vista que las soluciones a largo plazo para los problemas de movilidad en la isla deben pasar también por una apuesta decidida por el transporte público y la movilidad sostenible. Mejorar las infraestructuras viales es un paso necesario, pero insuficiente si no va acompañado de un cambio en el modelo de movilidad que reduzca la dependencia del vehículo privado. Ambas cosas son compatibles.
El anuncio es, por tanto, un avance necesario, pero que debe formar parte de una estrategia más amplia. Habrá que ver si la ejecución de estas obras tan necesarias, se lleva a cabo con la celeridad y eficiencia que la situación requiere.