El tiempo dirá si el Leganés es o no un líder de cristal. Una vez más es preciso distinguir al equipo que recibe en Butarque, donde sólo ha perdido un partido, del que viaja. En sus salidas los madrileños han sumado menos puntos que el Alavés, el Córdoba, el Girona o el Mirandés, los mismos que el Valladolid y sólo uno más que el Huesca, el Nastic y el Lugo. Incluso el Zaragoza o el propietario de Montilivi ha encajado menos goles como visitantes. Su condición de primer clasificado impone, pero también motiva al adversario. Además, Fernando Vázquez ha dicho que el Mallorca va a competir, un mensaje ciertamente tranquilizador.
Hablando del rey de Roma, por ahí asoma. Me llama la atención que con un único defensa central, el gallego deje fuera de la convocatoria a Kassim. Para que sepamos de qué va la cosa, el chaval debutó ante el filial del Barça en Son Moix hace un año y medio. En comentarios de aquel entonces, fácilmente recuperables en Internet, podemos leer el siguiente titular: “Kassim, nuevo ídolo del mallorquinismo” y, a renglón seguido, “fue el mejor del partido, salvó al equipo con dos goles y una actuación muy completa”. Uno puede coincidir o no estar de acuerdo con valoraciones tan precipitadas, pero meses después aquella apuesta se ha diluido incomprensiblemente al punto de no aparecer en una lista sin especialistas en su demarcación.
Los locales son la contradicción personificada. Gálvez, sin delanteros, jugaba al ataque y el técnico gallego, con ellos, se apoya en una defensa a la antigua usanza. Recemos para que no se lesione ninguno de los cuatro zagueros que quedan.
El peligro pepinero viene principalmente por su banda izquierda merced a la rapidez del polaco argentino Alexander Szymanowski, cuyas incursiones encuentran un apoyo primario en dos hombres de área sin excesiva técnica: Borja Lázaro o Gabriel. Asier Garitano, su entrenador, es amigo de plantar cara en torno al círculo central donde jugadores como Timor, que empezó la temporada en el Valladolid, Ruiz de Galarreta o el mallorquín Joan Sastre gozan de buen toque y visión. No sólo ellos, por supuesto.