Al individuo se le acusa de cometer cuatro de esos robos en grado de tentativa y dos consumados durante la madrugada del pasado miércoles en la calle Manacor y otras cercanas.
La primera acción del delincuente tuvo lugar sobre las 4:30 horas cuando intentó robar la mochila a un viandante pero este, de mayor envergadura, le plantó cara y lo impidió.
La suerte iba a ser distinta para las siguientes cinco víctimas pues todas coincidieron en señalar que el asaltante usó un objeto punzante para amenazarlas e incluso llegó a ponérselo en el cuello a una de ellas.
Así, sobre las 6:15 horas, el ladrón atacó a una mujer a la que tan solo pudo robarle un euro (todo lo que llevaba encima). Como es de suponer, la frustración del caco crecía por momentos así que siguió probando suerte y buscando victimas.
Tampoco los tres intentos posteriores se saldaron con un botín de mención. De hecho, lo intentó con otros jóvenes que, sin embargo, le hicieron frente hasta el punto de que en una de las ocasiones el asalto derivó en una pelea en la que utilizaron material de obra próxima al robo.
Como era de esperar, el delincuente acabó por buscar, y encontrar, una víctima que no tuviera la menor oportunidad ante él y acabó así por asaltar a un mujer de avanzada edad a la que puso el arma en el cuello para golpearla después en reiteradas ocasiones hasta tirarla al suelo y arrancarle el bolso de las manos con gran violencia.
El botín logrado en esa ocasión fue de 70 euros.
La sucesión de denuncias a lo largo de la mañana puso a la Policía Nacional sobre la pista del autor que comprobó que el autor de los seis asaltos era la misma persona.
De hecho, la prueba definitiva resultó ser el propio móvil del joven que perdió mientras forcejeaba con una de sus víctimas y que este entregó a la policía.
Por la mañana, un familiar del sospechoso llamó a la Comisaria de Distrito Centro para interesarse por el terminal y la policía le informó de que, efectivamente, se hallaba allí, conminándole para que el propietario acudiera a recogerlo.
Según explicaron las distintas víctimas, el asaltante actuó con extrema sobreexcitación, de forma irreflexiva y usando una violencia desproporcionada por lo que los investigadores supusieron que podría haber actuado bajo el efecto de las drogas.
Esta hipótesis se confirmó cuando el joven, que se equivocó de comisaría, acudió a recoger su terminal de móvil sin recordar donde lo había extraviado y lo hizo en aparante estado de intoxicación portando, además, algún tipo de estimulante sintético en los bolsillos -circunstancia esta que se comprobó al ser detenido-.
El sospechoso ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instr
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