Según relata el sindicato CSIF, los hechos tuvieron lugar el pasado sábado en la prisión de Palma a las 11:30 horas en el Departamento de Enfermería, cuando el interno se encontraba en su celda.
Siempre según la denuncia sindical, el interno llamó a los funcionarios indicándoles que subieran a por él, que "estaba preparado y esperándolos para llevarse a quien pueda por delante".
Los funcionarios viendo el gran estado de alteración del interno, intentaron calmarle y averiguar cuál era el motivo de esa actitud, pero, cuando subieron a la celda, observaron que el interno había tirado todas sus pertenencias al suelo y tenía el colchón y la almohada colocados cerca de la puerta a modo de trinchera.
Al acercarse, el interno lanzó el televisor a los funcionarios y con actitud muy violenta y agresiva dio patadas y puñetazos a todos. Al final, se consiguió reducir, a pesar de la "brutal resistencia".
Todos los funcionarios han tenido que ser atendidos en la Enfermería del Centro Penitenciario, resultando lesionados de diversa consideración; desde eritemas en cuellos y piernas, edema en pabellón auricular y tibia, cuatro erosiones con pérdida de epidermis en edema en cara interna tibial, erosión en la rótula de pierna derecha y herida en la parte izquierda de la nariz, sangrando profusamente. Ante la gravedad de las lesiones que presentaban, dos de ellos fueron derivados a los servicios de urgencias del hospital correspondiente.
El interno se encuentra clasificado en primer grado, modalidad 100.2, aprobada esta modalidad por la Secretaría General a finales de noviembre pasado, lo que implica que el interno realiza un programa de actividades fuera del Departamento, y disfruta de un régimen de vida más abierto que el que le correspondería, teniendo en cuenta su historial delictivo y de múltiples agresiones a funcionarios y a otros internos (este verano quemó su celda como medida de presión para que le diesen más medicación, por ejemplo), lo que supone una merma inevitable en la seguridad, presente en estas situaciones de violencia extrema y en las tareas que llevan a cabo los funcionarios de prisiones en nuestro día a día.
El pasado mes de julio se solicitó oficialmente la creación de un protocolo marco contra la violencia en el trabajo en el medio penitenciario y en diciembre pasado se solicitó en el Comité de Seguridad y Salud de Centros Penitenciarios.