Un incentivo que des-incentiva e indigna

El mundo al revés, o cómo conseguir que un incentivo retributivo genera un rechazo total de todas de Personal del Ib Salut, excepto en Menorca. Hay que hacérselo mirar, cuando pones encima de la mesa 10 millones de euros y lograr un clima de rechazo e indignación casi generalizada de los más de 17.000 profesionales del Ib Salut. Los profesionales que andan ahora afrontando la quinta ola de la pandemia, están hartos y hasta las narices, de cómo se ha reconocido su trabajo. Y en el colmo del despropósito, excluyen a los Mires, del citado plus. Suspenso clamoroso en la gestión de recursos humanos.

Puntualizaré lo obvio:

1.- Estas decisiones han de ser previamente negociadas con la parte social, como lo exige el Estatuto Marco y lo refrenda el Tribunal Superior de Justicia de Illes Balears en una sentencia reciente.

2.- No es correcto y resulta un gran error vincular el pago del "plus Covid" al contrato de gestión. Dicho contrato se firma sin contar, claro está, con la llegada de una pandemia, que removió los cimientos de la sanidad y en la que los profesionales cumplieron con creces sus labores asistenciales arriesgando su salud. ¿Cómo puede la administración negar el pago de este complemento argumentando que no han realizado un curso de estomas, por ejemplo?

3.- Se han de establecer criterios objetivos, homogéneos y comunes, así como acordes a una situación de pandemia, con el fin de evitar agravios comparativos entre los profesionales de las distintas gerencias del Servicio Balear de Salud.

Recordaré algunos de los agravios entre el colectivo médico:

a) Un intensivista de la Gerencia de Menorca Ilega a cobrar casi 700 euros más que un intensivista del hospital de referencia, donde, de todos es sabido se atienden los casos más graves y de más alta complejidad. Inaudito.

b) Un médico adjunto de urgencias cobra igual que categorías inferiores y con nula actividad asistencial. Sorprendente.

c) Los médicos interinos residentes, cuya labor ha sido inconmensurable en esta pandemia reciben cero euros como premio a su magnífica labor. Vergonzoso.

En atención primaria, 29 psicólogos cuya labor y compromiso han sido clave en esta pandemia, han sido penalizados retributivamente por la irresponsabilidad de una gerencia que nunca han tenido contrato de gestión.

Y por último, pero no menos importante, la discriminacion nuevamente hacia las profesionales embarazadas , que no han percibido el importe que les corresponde al no haberles computado los periodos de riesgo por embarazo y baja maternal. Es muy loable abanderarse defensor de la igualdad de género, pero se ha perdido una buena oportunidad de plasmarlo con hechos en una nómina. Comprendo la decepción, el desencanto y el asombro catatónico de los dirigentes del Ib Salut. Urge que reflexionen y desde una autocrítica constructiva, diagnostiquen donde está el fallo en la gestión del citado plus covid y delimiten las responsabilidades pertinentes de los gestores que han tomado la decisión de cómo distribuirlo. Algunos de ellos, llevan saliendo cada año en los medios, porque no acierta una y crea continuamente agravios y malentendidos recurrentes. Para evitar lo que ha pasado este año, hay que cambiar el método y eso obliga al Ib salut por sentencia, de que los gerentes acudan a negociar en la mesa sectorial, como se ha de realizar la distribución. Luz y taquígrafos. De entrada hay que recuperar la cuantía retributiva de la productividad pre-2011, nunca recuperada. Y el contrato de gestión debe hacerse como toca, con las normas claras, justas y cumplir una serie de requisitos en su configuración, para que no sea utilizado de forma perversa y discrecionalmente por algunos gerentes de turno.

El Ib salut debe de rectificar y solucionar este año muchos de los flecos discriminatorios que he comentado. Simebal siempre colaborará en negociar con el Ib Salut una productividad variable que incentive y no agravie.

En derrota transitoria pero nunca en doma.