Tras llevar a cabo una minuciosa verificación de todas las fincas de la zona, observaron como en el interior de una de ellas se podía apreciar un cultivo de cientos de plantas de marihuana. En ese momento, al verse descubierto el propietario de la plantación que se hallaba en el lugar, se encaró con los guardias civiles. Este dirigió amenazas de muerte e insultos graves a los mismos, oponiendo una tenaz resistencia a los agentes actuantes.
Tras la detención, se incautaron 380 plantas cultivadas en el exterior en floración y a punto de ser cosechadas. En el interior de la vivienda se hallaron 33 plantas más, también listas para ser cosechadas, pudiendo constatar como el detenido, había instalado un equipo de alto rendimiento para el cultivo y producción de dicha plantación, así como diversos aceleradores, fertilizantes, abonos, equipos de medición, etc.
Por todo ello se procedió a incautar todas las plantas y esquejes que se hallaban en la plantación así como los enseres y útiles empleados en el cultivo (en los que, según detenido, había invertido la cantidad de varios miles de euros).