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Un crimen atroz que oscurece toda campaña preventiva

sábado 17 de noviembre de 2018, 00:00h

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Palma ha sido el escenario del primer crimen machista que se ha producido en la comunidad este año. La víctima, una joven mujer de 36 años, falleció este viernes en su lugar de trabajo después de que su expareja, un hombre de 45, le asestara varias puñaladas en el pecho sin mediar ningún tipo de discusión previa. Hacía dos años que no se producía una víctima mortal por violencia de género en nuestra comunidad y el sentimiento de dolor y de impotencia hacia agresiones de este tipo ha vuelto a conmocionar a la sociedad balear.Y todo ello, apenas unos días antes de que se celebre el dia mundial contra la violencia hacia las mujeres que multiplicará los actos y acciones encaminadas a acabar con esta lacra.

El agresor fue detenido por la Policía Nacional y en los próximos días se irán conociendo datos acerca de la tragedia particular que ha desembocado en un crimen tan atroz. También habrá tiempo para los minutos de silencio y las concentraciones de protesta. Toda acción en recuerdo de la víctima y la denuncia pública de las muchas agresiones que, sin llegar a resultados tan dramáticos, se siguen produciendo en nuestra sociedad de forma cotidiana serán oportunas y necesarias, pero deben hacer recapacitar sobre la efectividad de las actuaciones preventivas y las campañas que se vienen desarrollando durante los últimos años.

Baleares sigue a la cabeza de las comunidades españolas en el triste ranking de la violencia de género. Nuestra comunidad es la primera en número de denuncias presentadas por número de habitantes. Los propios recursos judiciales se revelan como insuficientes para hacer frente al volumen de denuncias tramitadas. Son datos que muestran una realidad cotidiana que, tristemente, sólo parece aflorar con toda su crudeza cuando una tragedia como la de este viernes irrumpe en las noticias.

Con la tragedia aún reciente corresponde expresar el dolor por la muerte y mostrar toda la solidaridad a la víctima, a sus famiiares, a sus amigos y a sus compañeros, que presenciaron en primera persona la agresión. Después tiene que ser el momento para considerar la mejor forma de atajar una lacra social insoportable que sigue sin desaparecer a pesar de las múltiples campañas y acciones. Y en ello se deben involucrar todos los sectores de la sociedad.