El millonario Lionel Twain invita a su mansión a cinco de los detectives más relevantes del mundo: Jessica Marbles, Monsieur Perrier, Sam Diamon, Dick Charleston, Sidney Wang. Durante la cena, el anfitrión entra en la escena y desvela el misterio de la invitación. Se trata de resolver un asesinato que aún no se ha perpetrado a cambio de una suma de dinero nada desdeñable. No, no hago reseña de cine clásico esta semana, hoy quiero comentar una noticia que apareció en un diario hace unos días. En ella, se habla sobre la desaparición de la Fundación Ars Nova, tras trece años de existencia y a la que se describe como “trampolín de la moda”. Un misterio digno de ser investigado por los invitados de Lionel Twain. Lo que voy a decir, es producto de la reflexión y desde el conocimiento de haber participado directamente en diversas actividades de la Fundación. Continuo. Las preguntas se agolpan en mi cabeza ¿trampolín? ¿de qué?. Pienso que no he leído bien, pero vuelvo sobre el titular. Efectivamente, no me he equivocado. Sigo leyendo. ¿Moda? ¿Balear? Al final llego al meollo del asunto y resumen. Desaparece por falta de apoyo institucional. Vuelven las preguntas. ¿Es cierto lo que se afirma? Mi opinión es, que aunque valoro enormemente el trabajo realizado por la Fundación Ars Nova a lo largo de estos trece años, no puedo coincidir en que la culpa de su desaparición sea la falta de apoyo institucional. La cuestión es más de fondo; lo que se debía haber planteado hace mucho tiempo en la promoción del diseño balear, es la búsqueda de inversores privados que contribuyan a la consolidación de proyectos como “Pasarela Mallorca”, que comenzó siendo una magnífica idea, de la que se hicieron varias ediciones pero finalmente no murió, la mataron. Esta pasarela, que nació con el objetivo de promocionar el diseño de nuestras islas, al final se convirtió simplemente en una exhibición para familiares y amigos. Nunca se invitaron compradores potenciales de firmas de gran distribución, jamás a periodistas de relevancia que le dieran notoriedad suficiente al evento a nivel nacional. En lo que se refiere a los diseñadores participantes, salvo las cantidades monetarias que ganaron los premiados, que por supuesto ayudan, pero no resuelven la financiación de una firma, tampoco obtuvieron nada más. Después del evento si te he visto no me acuerdo. No basta tener buena intención, hay que ser muy serios en este negocio. Durante un breve momento de la historia de la moda en baleares, tuvimos la oportunidad de potenciar y hacer grandes cosas, pero esa oportunidad se perdió y nadie hizo nada por salvarla. Repito, no se trata de ayuda institucional, es un error pretender vivir de subvenciones, porque al final no hay nada. La moda balear no puede supeditarse a los vaivenes políticos sino a una clara apuesta por la iniciativa privada a favor de jóvenes creadores. Pero claro, si España tiene complejo de inferioridad y aun se elaboran planes para promocionar la marca de país, mejor no hablamos del complejo balear. Por último, están las escuelas, que aunque realizan su trabajo entiendo que lo mejor que pueden, no es suficiente, ¿Cuándo tomarán la iniciativa para que empresarios y empresas apuesten por la moda? ¿Cuándo se les dará a los alumnos oportunidades reales de trabajo y no prácticas con diseñadores que o no ejercen o simplemente no tienen notoriedad? Quizás no haya dinero suficiente para librarnos de velar el cadáver en que se ha convertido la moda de nuestras islas. La buena noticia, es que podemos seguir creyendo en la moda cuyo sinónimo es el cambio permanente. Muchos son los alumnos que cada año terminan y hay que tener esperanza en que en alguna generación volvamos a tener un Miguel Adrover, un José Miró, una Cortana o porque no, un Christian Dior. O ya es pedir demasiado?. Lo dicho, termina un ciclo.
