Hay que recordar que el artículo 24 de la ordenanza de galeras, en el punto C especifica que queda prohibido "Maltratar durante la conducción a la caballería, utilizar instrumentos, bridas y otros arneses que ocasionen daños al animal" y este elemento rudimentario no está homologado.
En el siguiente capítulo se estipula en el máximo de pasajeros: "Un máximo de 5 pasajeros y el conductor", cifra que es habitualmente superada.
"Durante la semana pasada pudimos comprobar como en apenas dos horas se cometían más de diez infracciones en el mismo centro de Palma y delante de las autoridades. Más pasajeros de los permitidos, pasajeros (incluso menores) en el pescante, estacionados donde no está permitido, ofrecimiento de los servicios de la calesa sin estar permitido y todo sin que nadie haga absolutamente nada. Para todo hay tiempo, sobre todo para subirse el sueldo, pero para proteger a los animales ni tiempo, ni dinero, vergonzoso", declara Amengual.
"Es vergonzoso lo que se está permitiendo a los conductores de las galeras de caballos de Palma. ¿Qué será lo siguiente? ¿Dejar que apaleen a los caballos si no quieren caminar bajo los 36 asfixiantes grados?", se pregunta Amengual.
Mediante un comunicado, Actúa arremete contra la pasividad por parte de las instituciones ante el maltrato y explotación al que son sometidos los caballos de las galeras de Palma y espera que cumplan de una vez sus promesas y empiecen a proteger de verdad a los animales. Actúa recuerda que ya son cinco los años los que lleva el ayuntamiento de Palma para cambiar la actual y desfasada ordenanza de transporte de galeras, algo que tildan de trato de favor hacia el colectivo de conductores de galeras.