No crean ustedes que les voy a pedir a todos los que nos visitan que cuando vengan lo hagan en silencio, lo hacen con mascarilla obligatoria y con montones de restricciones y eso ya tiene su merito. El titulo no tiene que ver directamente con los decibelios sino mas bien con un tipo de turismo.
Ya saben ustedes que en un año normal millones de hombres y mujeres nos eligen para pasar unos días de descanso y a pesar de las restricciones nuestro pequeño trozo de tierra sigue teniendo encanto suficiente como para que hayan seguido viniendo.
Las estadísticas oficiales, normalmente segmentan a nuestros visitantes por edades, por nacionalidad y hacen referencia al gasto medio por turista, pero de aquellos que llegan con paquete turístico o por canales mas tradicionales, avión comercial o ferry.
Son muchas las grandes fortunas y personas con abultadas cuentas bancarias que nos eligen como destino o como lugar donde tener una segunda residencia. Quitando los rostros con apellidos conocidos, que no son pocos, Douglas, Schiffer y algunos mas, la mayoría de ellos pasan totalmente desapercibidos.
Aviación privada, es decir la terminal de los jets privados ha mantenido una frenética actividad este invierno, algún fin de semana han llegado mas de 70 de estos lujosos mini aviones a los aeropuertos de Palma e Ibiza y no hablamos de simples avionetas, sino Gulfstreams, uno de lo mas lujoso del mercado.
Muchos además disponen de uno de esos impresionantes yates que repostando una sola vez ponen mas litros de combustible de los que usted y yo gastaremos con nuestro utilitario particular en toda una vida. Nos guste o no en ocasiones han contribuido incluso a mantener parte del patrimonio de las islas adquiriendo bonitas Possessions o casas tradicionales que estaban abandonadas. Son familias que cuentan con servicio, tienen quien les cuide la propiedad y el jardín. Y los que no disponen de vivienda son capaces pagar dos mil euros por noche sin despeinarse, a la vez que generosamente redondean la cuenta de restaurante en cinco mil euros.
Aunque también les guste la fiesta y no dudo que las hagan, son personas que pasan desapercibidas. Estos meses atrás han teletrabajado desde nuestras islas mientras sus hijos asistían a clases online. De paso han utilizado muchos de los servicios que ofrecen pequeñas empresas mallorquinas de catering, peluquería, mensajería etc y por tanto han contribuido a que estas siguieran vivas.
Es un turismo del que se habla poco, no abre ningún noticiario ni sale en portada de periódicos, pero casi mejor. Es un turismo que no hace ruido pero que aporta riqueza y eso nos interesa, quizás más que los que hacen mucho ruido, por que ya saben lo que dice el refrán, mucho ruido y pocas nueces. Yo prefiero apostar por poco ruido y muchas nueces.