Mientras media isla clavaba los ojos en el aparatoso streaming de la televisión canaria, Gerard Moreno anotaba uno de esos goles que pueden valer un ascenso. No fue fácil adivinarlo en el mapa de píxeles que proyectaba el partido, pero lo cierto es que al final el triunfo fue tan valioso como la posibilidad de ver al Mallorca en directo. Ni que fuera así. No en vano, si tenemos que ver a los jugadores en cuadrículas y a golpe de enlace es porque estamos en Segunda División, que nadie lo olvide. La victoria tuvo ese componente de fortuna que tanto reclaman los equipos que acaban subiendo, esa parte del guión que siempre escribe el azar y que es ajena a la táctica. El Mallorca se abrazó a la suerte que no tuvo otros días, pero no por eso los tres puntos tienen menos valor. El juego no es bueno, es obvio, pero mientras lo encontramos no está de más ir sumando.
