www.mallorcadiario.com
El triste regreso de la afición mallorquinista
Ampliar

El triste regreso de la afición mallorquinista

Por Tommy M. Jaume
x
tommyjaumemallorcadiariocom/11/5/11/26
domingo 07 de abril de 2024, 23:00h

Escucha la noticia

Orgullosos, tristes por no levantar el título pero esperanzados de volver a estar presentes pronto en otra final. De esta manera se mostraron muchos de los desplazados este fin de semana, por tierra, mar y aire, a Sevilla para animar a su RCD Mallorca ante el Athletic Club en un triste regreso a la isla. Destacar que nadie del club fue al Port de Palma a recibir a los que hicieron el ya conocido como "trayecto del infierno" a bordo de una naviera de GNV, dejando claro que Andy Kohlberg y Alfonso Díaz no son ni Miquel Contestí ni Bartolomé Beltrán. Ambos, tras caer en las finales de 1991 y 1998, tuvieron el detalle de agradecer el esfuerzo realizado yendo al Puerto a recibir a sus aficionados.

Tras convertir Berenguer el penalti que permitió al Athletic Club levantar la Copa del Rey 40 años después, los seguidores mallorquinista empezaron a abandonar el recinto sevillano de La Cartuja para poner rumbo a casa. Muchos, sobre todo los más jóvenes, lo hacían con el rostro cubierto de lágrimas. Y es que el título estuvo muy cerca de regresar a la isla.

"Ha sido mi primera final y no me he podido reprimir. Perder de esta forma, en los penaltis, es muy doloroso. Pero bueno, ahora tenemos que luchar por mantener la categoría y, la próxima temporada, ir a por la Supercopa", reconocía un joven a la salida del estadio, donde esperaba una larga de autobuses para emprender el camino hasta el Aeropuerto. Eso, en el mejor y la gran mayoría de los casos. Y es que a otros, aquellos que dicieron llegar a Sevilla en barco desde Valencia, les esperaba otro surrealista viaje.

Allí, en un paraje donde la luz brillaba por su ausencias, llegaban las primeras reflexiones. "Hemos caído con honor. Tenéis que estar orgullosas de haber llegado hasta aquí", aseguraba un padre a sus hijos. Otros, por su parte, hablaban sobre el gran dominio rojiblanco en las gradas. "Quería pensar que no, pero ha sido evidente que hay socios que han hecho negocio con sus localidades, que estaban ocupado por hinchas vascos", lamentaba un abonado del club barralet.

"Me llamó la atención los muchos que eran. Además, de su fondo, que en un principio era el reservado para nosotros, han ocupado también las dos gradas laterales. El reparto de entradas me deja muchas dudas", reconocía un socio que ya había estado en las otras tres finales coperas.

Otro de los temas muy comentados en el viaje de vuelta fueron los precios del interior del estadio de La Cartuja. "A mí, me han clavado 24 euros por dos refrescos y dos bolsas de palomitas", recordaba un aficionado 'barralet'. "A mí me han cobrado 7.5 euros por un bocadillo", agregaba otro.

También se habló de la ausencia de Abdón sobre el verde. "Es una pena que se haya quedado sin jugar esta final porque era su final. La lesión de Lato lo ha impedido", explicaba un padre a su hijo. "Aguirre siempre esperan al último momento para sacarlo", reprochaba el chaval.

Pasadas las 02.00 horas, el convoy se puso en marcha. "Después de pagar un butaca y hacerme dormir como un perro porque han vendido más de las que tenían, ahora nos quedan ocho horas como mínimo de carretera. Y luego, cuando lleguemos al barco, nos tocará otra vez estar tirados como las maletas", lamentaba un seguidor de una conocida penya bermellona durante el trayecto. "El club, o las instituciones, tendrían que tener un detalle con la afición ya que no han movido ni un dedo para ayudarnos. Esto con Contestí o con Mateu (Alemany) nunca hubiera pasado", subrayaba su compañero.

Lo que todavía, por entonces, no sabían los pasajeros de la naviera italiana GNV es que estarían más de tres horas tirados en el puerto de Valencia esperando a embarcar. "Menos mal que ha venido la Policía a traernos botellas de agua porque había gente muy agobiada. Creo que eso ha sido lo mejor de este viaje", apuntaba una joven chica. "La gente ni cantaba en los autobuses de lo cansada que estaba. Han engañado al Moviment Mallorquinista, a la agencia y a nosotros", puntualizaba otra en alusión a GNV.

Los agentes, que estuvieron muy cordiales con los presentes, agradecieron a los presentes en más de una ocasión la paciencia y el buen comportamiento de una afición que llevaba, tras ser humillada en un barco que no olvidarán jamás, casi dos días sin poder dormir... al menos, en condiciones humanas. "Sois un ejemplo. Hemos tenido suerte de que no tengáis aficionados radicales, porque se podría haber liado muy gorda", reconocía un policía a mallorcadiario.com

A esas horas, la gran mayoría de aficionados que habían viajado en avión ya estaban en sus respectivas casas. "Con el cabreo que llevo por la derrota, me alegro de no haber ido en barco. A veces, pagar más vale la pena", afirmaba un seguidor a su llegada en Son Sant Joan.

"Ha sido un caos organizativo. La culpa es del club, que reaccionó dos semanas tarde, cuando ya había gente que había comprado su billete de avión por una pasta", señalaba un hincha de toda la vida. "Es que los que hay ahora, no son mallorquinistas. Preguntale a Alfonso Díaz donde vio la final de 2003. Y luego, van dando lecciones de mallorquinismo", añade su amigo, visiblemente enfadado y decepcionado por lo sucedido.

Por cierto, y regresando al desplazamiento marítimo, el barco de la naviera GNV partió a las 13.27 horas, casi cuatro horas después de lo previsto. Así, el gran grueso de la expedición llegó alrededor de las 21.00 horas a Son Moix, donde tenían aparcados sus coches particulares en el aparcamiento. A esa hora, los jugadores, cuerpo técnico y directivos llevaban ya más de siete horas en la isla, a la que han regresado mientras zarpaba "el barco del infierno", según apuntaba un chico en alusión a "L'Infern" del que tanto presume la entidad. Poco más de veinte aficionados, han ido a recibirlos a Son Sant Joan. Lejos queda la época de Cúper, Asensio y Beltrán, cuando tras perder en Mestalla y Birmingham se tuvo que habilitar una terminar por la presencia masiva de hinchas.

Antes, durante el trayecto, se han vuelto a vivir momentos de tensión, sobre todo después del trato recibido por un menor de 16 años. El joven, acompañado por su padre, ha precisado de atención. Tras ser examinado por un médico que ni hablaba ni entendía el español, la naviera ha pedido a su progenitor 75 euros a cambio de un camarote, uno de aquellos que estaban agotados y que, este fin de semana bajo previo pago, estaban misteriosamente libres.

Los baños también han vuelto a ser protagonistas. Y no solo por estar inundados como en la ida, sino por directamente cerrarlos debido a sus malas condiciones. "No puedo ir a los servicios, que ya daban asco al salir, porque están cerrados. Tampoco puedo estar en la butaca que me ha costado 165 euros porque no hay. Y los empleados, no nos ayudan en nada. Ha sido un auténtico milagro que nadie perdiera los papeles y que se montará una buena. Hoy me siento muy orgulloso de mi afición", comentaba un hombre, de unos setenta años, que pudo ser recolocado en un camarote debido a la presión de Moviment Mallorquinista y de varios aficionados.

"Vamos a denunciarlos. Nos han jodido el viaje. Ha sido muy triste ver a personas mayores y jóvenes tiradas como carga en los pasillos", advertía uno de los afectados. "La culpa ha sido de la naviera, ni de la agencia de viajes ni del Moviment (Mallorquinista). A ellos, también les han estafado. Ahora se enterarán de que nadie se ríe del mallorquinismo", zanjaba.

Al llegar, algunos pocos confiaban en ser recibidos por algún representante del club. Sin embargo, allí había solo unos pocos periodistas. "Lo mejor del Mallorca es su afición. Me siento decepcionado, porque todavía recuerdo el "subidón" de cuando vimos a Beltrán en 1998", zanjaba un veterano penyista en el que ha sido un triste regreso de los que serán siempre 'Los héroes de Sevilla".

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
1 comentarios