Ante el Tribunal del Jurado de la Audiencia Provincial de Baleares, se ha llegado a un acuerdo de conformidad por lo que se ha reducido la pena inicial que solicitaba la Fiscalía al autor confeso de los hechos, C.P.F., que era de 39 años de cárcel. Se le imputan un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, otro de tentativa y otro de lesiones en el ámbito familiar.
El asesino y la víctima llevaban un tiempo con una relación inestable. El 28 de junio, mantuvieron una discusión y la mujer le dijo que no quería continuar con él. No obstante, accedió a que continuara viviendo con ellos.
A pesar de esto, el hombre se marchó de la casa advirtiéndole de que volvería a matarla. El acusado pasó La noche fuera y a la mañana siguiente, sobre las 7.30 horas, volvió a la casa con un litro de gasolina, decidido a acabar con la vida de la mujer.
El hombre sabía que el niño dormía con la madre habitualmente y se aprovechó de que al ser muy temprano sus víctimas todavía no se habrían despertado. Sin embargo, para entrar en la vivienda tuvo que golpear fuertemente la puerta porque la mujer la había cerrado por dentro con un alambre la noche anterior por precaución. El ruido alertó a la mujer, que salió de la habitación y se encontró con el acusado. En ese momento la roció deliberadamente con gasolina al pie de la puerta del dormitorio y le prendió fuego con un encendedor.
El hombre era consciente de que de este modo dejaba a la mujer sin posibilidad de defenderse y aumentaba "inhumanamente" su dolor. También sabía que el fuego se podría propagar rápidamente y alcanzar al menor, que estaba durmiendo en el dormitorio.
LA MUJER SALTÓ POR LA VENTANA CON EL NIÑO EN BRAZOS
Tal como ha admitido por escrito, la mujer, envuelta en llamas, corrió a coger al menor y saltó al exterior, con él en brazos, por la ventana de la habitación. Consiguió escapar del lugar con el niño y la perra de la familia conduciendo su propio coche hasta la casa de su madre. Llegó gravemente afectada por las quemaduras, pidiendo auxilio. "Mamá, me muero, me ha quemado, me muero de dolor", dijo a su madre.
Según recoge el acuerdo, la mujer no perdió en ningún momento la conciencia, por lo que tuvo que padecer "un extraordinario sufrimiento tanto físico como psíquico". Cuando los servicios sanitarios llegaron la tuvieron que sedar con gran cantidad de medicación, y aun así no fue suficiente y se tuvo que aumentar la dosis al llegar al hospital.
La mujer sufrió quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo, con quemaduras de segundo grado profundo en las piernas que forzaron un traslado urgente al Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Tras múltiples intervenciones, acabó falleciendo el 8 de agosto de 2016. Tenía 34 años.
EL JUICIO FUE APLAZADO
El juicio estaba originalmente previsto para marzo de 2019 en la Audiencia Provincial, y se adelantó a noviembre de 2018, pero al inicio de la sesión fue aplazado para que fuera juzgado por un Jurado.
La causa tuvo que ser devuelta al Juzgado de Instrucción tras la petición planteada por Fiscalía, a la que se adhirió el abogado de la Comunidad Autónoma --el Govern se persona como acusación en todos los procedimientos de violencia machista-- y el letrado de las propietarias de la casa donde ocurrió el crimen.
La Fiscalía argumentó que todos los hechos "forman parte de un único relato" y que el tribunal encargado debería ser un jurado porque uno de los delitos --el asesinato consumado-- es de su competencia. También alertó del riesgo de tener que repetir el juicio si se recurría la sentencia por este motivo.
El abogado de la acusación particular se opuso asegurando que la familia necesita "poder pasar página". La defensa también lo rechazó, avisando de que el cambio podía suponer un año de demora "en el mejor de los casos".
El acusado estuvo presente en esta vista. Recorrió el patio del Palacio de Justicia con una capucha y en la sala se tapó la cara ante las cámaras.