La mitad de los trabajadores de Baleares -un 47 por ciento- ocupan un puesto laboral para el que tienen una cualificación inferior a la requerida. Esta es una de las conclusiones del estudio realizado por la Fundación Impulsa sobre la estructura económica y laboral de las islas que publicaba esta semana mallorcadiario.com. El dato es especialmente llamativo en el caso de los hombres, ya que en el caso de las mujeres trabajadoras, la infracualificación solo afecta a una de cada cuatro -un 23 por ciento-; es decir, ellas están mejor ubicadas que ellos en sus puestos de trabajo por lo que respecta a sus cualificación y sus responsabilidades.
El desajuste es llamativo y va en consonancia con el resto de datos que arroja un estudio que sitúa a Baleares como la segunda comunidad con más infracualificación de España, sólo por detrás de Castilla-La Mancha. En el otro extremo, también se producen desajustes, aunque menores. De hecho, un 18 por ciento de los trabajadores de Baleares están "sobrecualificados"; es decir, tienen una capacitación mayor a la del puesto de trabajo que ocupan.
El desequilibrio es notorio hasta el punto de concluir que el 55 por ciento de las personas que trabajan en Baleares no tienen un nivel formativo adecuado a su puesto de trabajo.
Las causas de este desequilibrio hay que buscarlas en la propia estructura económica de las islas y en la incapacidad de dar respuesta al cien por cien de la demanda empresarial con los recursos existentes.
Corregir estos desequilibrios pasa necesariamente por acomodar la formación y los perfiles profesionales resultantes a la demanda real del mercado laboral; un mercado en el que aumenta la necesidad de especialistas en nuevos campos vinculados a la tecnología y a la innovación. Conseguirlo redundará en una mayor productividad y en una mayor efectividad de empresas y trabajadores. Debería contribuir, además, a terminar con el fracaso escolar, un fenómeno en el que Baleares sigue ocupando el primer puesto a nivel nacional.