El viernes es un día marcado en rojo en la agenda personal y política de Quim Torra. En esa fecha, la Junta Electoral Central se reunirá para dictaminar si los recursos presentados por PP, Ciudadanos y Vox solicitando la inhabilitación de Torra como diputado son o no procedentes. Si la decisión es afirmativa, Torra quedaría apartado de sus actuales responsabilidades al frente de la Generalitat.
Una Junta Electoral Central (JEC) en pleno proceso de renovación, y cuyos miembros serán reemplazados en las próximas semanas, deberá decidir este próximo viernes si el presidente de la Generalitat, Quim Torra, debe o no ser inhabilitado como diputado autonómico. De ser así, Torra debería dejar su cargo al frente del Ejecutivo catalán.
La JEC entra en escena después de que la Junta Electoral Provincial de Barcelona desestimase las solicitudes de inhabilitación formuladas por PP, Ciudadanos y Vox. Estas formaciones entienden que Torra cometió un delito de desobediencia cuando no retiró los lazos amarillos expuestos en las dependencias de la Generalitat dentro del plazo que le marcó la propia JEC, y que el presidente no tuvo en cuenta.
La desestimación de la Junta Provincial no dejó satisfechos a los representantes de las mencionadas formaciones políticas, las cuales optaron por presentar los correspondientes recursos ante la JEC, órgano que debatirá esta cuestión durante la reunión que mantendrá este viernes.
Uno de los documentos que los miembros de la Junta Electoral deberán estudiar a fondo es el informe que les ha sido remitido por parte del Parlament catalán, bajo la rúbrica del letrado mayor de la Cámara, Joan Ridao. En el documento, el Parlament insta a la JEC a descartar la inhabilitación de Torra con el argumento de que la posible infracción cometida por el presidente es ajena a temas estrictamente electorales y que, siendo así, la competencia para dejar fuera de escena a un diputado debe ser adoptada necesariamente por la Cámara legislativa autonómica.